La
euritmia es la buena disposición y correspondencia de las partes
de una obra de arte. Y en la arquitectura depende de la proporción, que es la
disposición, conformidad o correspondencia debida de las partes con el todo o
entre sí. Es decir, la mayor o menor dimensión de una parte de un edificio con
respecto a otra. Y escala es la sucesión ordenada de las distintas partes, como
por ejemplo en la escalinata y la imponente fachada de la iglesia nueva de San
Francisco, terminada a principios del siglo XIX, cosa que no parecen entender
los que diseñan, copiando tontamente a Calatrava, esos nuevos puentes
peatonales llenos de elementos pretenciosos que no necesitan.
En los edificios la percepción de las
proporciones resulta de su impresión material en nuestros sentidos, al mismo
tiempo física, estética y
sicológica, y en consecuencia hay que
evitar que sea contradictoria, en lo que precisamente consiste la buena
arquitectura. Las escaleras, por ejemplo, tienen que ser funcionales y
confortables pero también bellas, y enaltecer el espíritu cuando además son
para mirar y ser mirado, como la de la entrada al edificio de la FES, de 1987,
de Rogelio Salmona, Pedro Mejia, Jaime Vélez y Raúl Ortiz, hoy Centro Cultural
de Cali, en la esquina del Teatro municipal, lo que seguramente no valoran los
que quieren venderlo.
La
percepción física
en arquitectura tiene que ver, entonces, con la antropometría, es decir con las
proporciones y medidas del cuerpo humano y los muebles y recintos que usamos.
Aun cuando con frecuencia en ellos se da más importancia a la estética que a la
comodidad, e incluso que a la seguridad, lo ético es resolver la contradicción
y, paradójicamente, el resultado puede ser incluso más estético. Precisamente
es lo que se logra con una buena escalera de evacuación, cuya forma más
eficiente y segura es la helicoidal, y encerrada en hormigón para que no entre
el humo y no sea afectada por el calor, cuyo resultado formal es un alto y
bello cilindro.
Por
su parte, la percepción estética de los edificios es relativa
a la apreciación de su belleza, y esta depende de la armonía de su aspecto y proporción, de tal manera que su
apariencia sea agradable y significativa. Estética que deriva del conjunto de
los elementos estilísticos y temáticos que caracterizan a una determinada
arquitectura. Como por ejemplo la moderna, con su conclusión de que “menos es más”,
atribuida a Luwig Mies van der Rohe, como también que la “forma sigue a la función”, propósito planteado por Louis Sullivan. Tal como sucede con la ética
profesional y la estética moderna del cilindro mencionado arriba.
Finalmente,
la percepción psicológica
atañe al espíritu y a los procesos mentales
de las personas y su conducta, a su manera de sentir, y juntos son los
caracteres espirituales de una colectividad. Por eso debemos buscar un acuerdo
entre climas, paisajes y tradiciones, como proponía Le Corbusier (Boesiger, Le Corbusier, Oeuvre complete 1938-46, 1955), integrando la muy antigua herencia de nuestra
arquitectura colonial con la muy nueva de nuestra reciente arquitectura
moderna. Como en la escalera del BCH, diseñado por Samuel García y Pablo Marulanda en 1960, la más bella y
desconocida de Cali, pese a la degradación que le ha hecho la DIAN.
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