En todas las vías de una ciudad cuando un vehículo se detiene ineludiblemente interfiere con la circulación de los otros, y si se deja estacionado continuará haciéndolo conformando un “cuello de botella” que genera “trancones” similares a los que producen los accidentes. Sin embargo, este es un problema que poco se considera en las ciudades, como es el caso de Colombia, cuando se diseñan las calzadas y andenes de sus calles, e incluso aquí ni siquiera existen las señales de “prohibido parar” y “ceda el paso” y menos se entiende que la de “prohibido estacionar” igualmente indica que no se debe parar, salvo los taxis, pero que eso no los autoriza a hacerlo en cualquier parte. En Cali en muchas de sus vías hay que circular por donde se pueda y pitando para abrirse paso, pues ninguna cruza la ciudad ni la circunda, en ninguna los carriles son continuos o su demarcación se ha borrado, y la señalización es pésima o inexistente; y los peatones que corran, los ciclistas que se quiten, y hay