Como se dijo en una columna anterior respecto al emplazamiento de edificios y ciudades en ¿Qué es la arquitectura? y 100 preguntas más, 2016, Rasmus Waern y Gert Wingärdh también se refieren al uso de los edificios y dicen al respecto que “lo que resulta tan inusual de la arquitectura contemporánea es que no existe una respuesta definitiva con respecto a lo que es correcto y a lo que no” (p. 11) pues “las vidas cambian y con ellas los edificios” (p. 13), y es justo por eso que “el entorno construido rara vez se adecua con exactitud a las categorías de bueno o malo” (p. 45) Y recomiendan dos maneras de equipar a las construcciones para facilitar sus cambios venideros: “Una consiste en proporcionar unas dimensiones que sean suficientemente generosas, así como distribuciones en planta flexibles, que puedan reorganizarse sin que se requirieran intervenciones drásticas“ y la otra “se basa en el empleo de sistemas constructivos flexibles” (p. 14).