Solo contamos con la vida y la ciudad que tenemos, pero en Cali la mayoría desconoce en qué consiste una buena ciudad y no valoran lo que aún le queda de bueno, que es mucho más de lo que solemos pensar, pero menos de lo que nos quieren hacer creer, lo que no es apenas paradójico sino lamentable. Como esa pose “progresista” de querer “cambiarle la cara”, que lo único que indica es que no estamos contentos con la que tiene….es decir con los “cambios” para cambiársela desde hace medio siglo cuando era la “sucursal del cielo”. Entre otras cosas porque son muy pocos los que se acuerdan de que sin duda era más ciudad cuando era pueblo como lo ha dicho la editora y fotógrafa Sylvia Patiño, que con su edición ilustrada de El Alférez Real nos recuerda además cómo era la pequeñísima villa colonial anterior. Todas las “mejoras”