Del latín chaos, y este del griego chaos, 'abertura', 'agujero', es ese estado amorfo, indefinido e imprevisible, pero que en este caso es posterior al anterior ordenamiento urbano, generando mucha confusión y desorden y por lo tanto inseguridad y un comportamiento poco cívico. Pero que en Cali no es imprevisible dado su muy rápido crecimiento que ha impedido que sus nuevos habitantes, provenientes, ellos o sus padres o abuelos, del campo y pequeños pueblos, sean verdaderos urbanitas, es decir, que viven acomodados a los usos y costumbres de las ciudades, de los que cada una tiene variaciones propias que las caracterizan mediante un conjunto de normas, implícitas o explicitas, y parte de su cultura urbana. Por ejemplo los usos del suelo, los que antes se complementaban en los barrios, casas y tiendas de esquina y algún taller y si acaso un convento, quedando el equipamiento urbano concentrado en el Centro, catedral, alcaldía, ahora son mucho