Las propuestas que se han hecho para las siete u ocho localidades
que conformarían Cali Distrito Especial (El Tiempo, 24/06/2019, p. 2.7), no
consideran que esta ciudad se extiende sobre áreas que pertenecen a otros
municipios; al norte Yumbo, al sur Jamundí, y al otro lado del río Cauca a
Palmira, Candelaria, Florida y Santander de Quilichao ya en otro Departamento,
El Cauca. Semejante olvido es toda una metida de pata y tirarse tontamente la
plata de los contribuyentes, y sorprende que los participantes en su estudio, de
las universidades del Valle, ISESI y San Buenaventura, según informa dicho
periódico, no se hayan percatado o no se haya sabido o no lo hayan divulgado.
Es increíble que
no se considere que antes sea absolutamente necesario constituir oficialmente el
área metropolitana que de hecho conforma la ciudad. La que, como se sabe, se trata de una región urbana que
engloba una ciudad central (la metrópoli) que le da el nombre y una serie de
ciudades que pueden funcionar como ciudades dormitorio, industriales, comerciales y de servicios
(Wikipedia). Áreas Metropolitanas que ya existen en el país, como son las de
Medellín (valle de Aburra), 1980, Barranquilla, 1981, Bucaramanga, 1981,
Cúcuta, 1991, Tunja, 2016, Pereira, 1981, Valledupar, 2005, todas ellas
conformadas de acuerdo con la Ley 1625 de 2013.
En
Cali bastaría con cinco localidades, una al centro, otra al norte, dos al sur y
otra al oriente; y tres más a lo largo de la cordillera o, mejor aún, que las
cinco mencionadas primero estén constituidas cada una por un área urbana y otra
rural, ya que no las hay netamente urbanas, ya que ni siquiera el Centro
ampliado lo es, y buena parte del problema lo constituye en Cali la mala
relación que se da entre campo ciudad, incluyendo la destrucción de la
naturaleza y el abandono del centro urbano, y su hinterland, o sea su zona de
influencia más amplia, en este caso toda la parte sur del Departamento del
Valle del Cauca y la parte norte del Departamento del Cauca.
Y
desde luego todas estas nuevas localidades se deben constituir alrededor de
centralidades peatonales (ciudades dentro de la ciudad), como ya lo ha
mencionado quien escribe en varias columnas en El País y Caliescribe.com,
unidas por un nuevo eje urbano y regional como el propuesto a lo largo del
actual corredor férreo por un grupo de profesionales adjunto a la Sociedad de
Mejoras Públicas, ya que cruza el área metropolitana de hecho de Cali por la
mitad de sur a norte. Y por supuesto que todas estas localidades involucren vivienda, industria,
comercio y todo el equipamiento urbano requerido para una ciudad
independientemente de su tamaño.
Ojala
algún candidato a la alcaldía, o incluso a la gobernación, se apersone de este
tema y por supuesto los contribuyentes también. El punto es que lo de Distrito
Especial puede ser una solución para muchos de los problemas de la ciudad,
tanto urbanos como económicos, sociales y culturales que la agobian, pero mal
enfocado no pasa de tirarse la plata de los contribuyentes, ya que dichas
nuevas localidades tampoco podrían operar sobre buena parte de la ciudad real,
como sucede ahora con el Gobierno municipal, y como es el caso de los
crecientes problemas de movilidad que está ocasionando la rápida urbanización
del municipio de Jamundí por fuera de su control.
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