La Comisión de Regulación de Agua y
Saneamiento Básico (CRA), presidida por el Ministerio de Vivienda, aprobó una
nueva metodología para calcular las tarifas de los servicios de acueducto y
alcantarillado para los próximos cinco años, luego de
revisar más de 900 observaciones y consultas recibidas por parte de los
ciudadanos y las empresas prestadoras del servicio (elpais.com.co, Cali 26(06/2014).
“Con este nuevo marco se pretenden alcanzar
mayores estándares en la prestación de los servicios de acueducto y alcantarillado
para la población que actualmente no tiene acceso a agua potable y saneamiento
básico en las zonas urbanas”, dijo el Ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao,
y adicionalmente explicó que mediante la
Resolución CRA N° 688 de 2014, se busca el aumento de la cobertura, la
continuidad del servicio, la calidad y la reducción de las pérdidas de agua.
Además Henao argumentó que consolida y
refuerza el papel de los usuarios y del Estado en el control de las empresas
prestadoras del servicio. Y recalcó que para asegurar que las empresas realicen
los ajustes requeridos y se pueda entrar a aplicar las nuevas tarifas, el nuevo
marco sólo comenzará a regir a partir del primero de julio de 2015. Todo un año
pues.
Por su parte el Director Ejecutivo de
la CRA, Julio Cesar Aguilera, agregó que “el ajuste de los costos en los que
incurren las empresas, la planeación de los mismos y la mejora en la gestión,
permitirá que en los próximos cinco años más colombianos tengan acceso a los
servicios de acueducto y alcantarillado bajo los criterios de calidad,
oportunidad, cobertura y continuidad”.
Finalmente, el organismo advirtió que
las compañías prestadoras de servicios deben otorgar descuentos a los usuarios
cuando incumplan niveles de calidad de los servicios, lo que deberán verse
reflejados en la factura con un menor valor a pagar. Pero por supuesto lo que
les debería exigir el Gobierno es mantener la calidad del agua.
De
otro lado, la recuperación del Río Cali debe ser más ambiciosa, retomando el
parque lineal propuesto por la Arq. Liliana Bonilla, Directora de Planeación
durante la alcaldía de Julio Riascos (en
lugar de proyectos grandilocuentes designados a dedo, o como ese nuevo
reservorio que hará que los cortes de agua “sean cosa del pasado” como también
prometieron hace unos años) pues se siguen construyendo feos muros de cemento,
volviéndolo un vulgar canal de aguas contaminadas.
Y hay que regular sus crecientes con pequeños
embalses, como el propuesto hace años en el área del Obelisco y La Tertulia
(uno solo es peligroso en un terremoto o un ataque terrorista) urgentes para
abastecer de agua a Cali. Y que se haga otro acueducto antes de que se acabe el agua potable para una
ciudad que se permite que siga creciendo aceleradamente.
Pero
sobretodo habría que racionalizar el uso del agua dulce, comenzando por un Acuerdo obligue a instalar en los inodoros existentes
la válvula de doble descarga que los nuevos tienen ya hace años. Y que en las
nuevas urbanizaciones exista además el servicio de agua limpia –no potable-
para los inodoros, regar jardines y lavar pisos y carros. Como pequeñas plantas de tratamiento de aguas
servidas para llevar al alcantarillado agua ya limpia.
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