El pasado sábado 17 de Noviembre, el que algunas
calles quedaran sin tránsito mientras que otras sólo sin carros estacionados en
ellas, permitieron evaluar mejor los resultados y con base en ellos buscar
restricciones permanentes para San Antonio. Que es lo que insisten en no
entender los que nos importunan con toda clase de “corredores” (cuando el único
que lo es, es el corredor férreo), en este caso dizque turísticos y
gastronómicos, como si el ser solamente un sencillo barrio tradicional
sobreviviente no fuera suficiente en una ciudad que los ha demolido todos
buscando “cambiarle la cara” cuando lo que hay es que recuperársela, si en
verdad se entiende lo de “progreso” y “desarrollo”.
Pensar
en calles totalmente peatonales en San Antonio es equivocado pues el tránsito
de carros les da seguridad y permite llegar en taxi a las casas y restaurantes.
Otra cosa es que tengan el tránsito restringido algunos días por algunas horas,
y por supuesto en algunas calles más anchas, como la Cr. 5ª, podría haber estacionamientos lineales a todo
su largo, dejando libres las esquinas, siempre y cuando sean con pago y se
puedan ampliar y regularizar sus andenes. Como se debería hacer en todas las
calles, dejando sólo un carril para que pasen los carros pero que no puedan
estacionar, tapando entradas y garajes, y que los peatones no tengan que
caminar por las calzadas.
Y
ni pensar en que puedan volverse permanentes las actividades festivas que se
realizaron ese día en ciertas calles de San Antonio. Igual que con La Calle del Arte, evento que no tenía tradición en el barrio y
llegó a molestar a muchos, no tiene sentido prohibir nuevos eventos. Pero si
que sólo propongan aquellos que no interrumpan la tranquilidad de la comunidad,
especialmente la de los residentes en su entorno inmediato, y que sean
periódicos para que la gente sepa con tiempo a que atenerse, como lo era la
vieja procesión con banda de los domingos que tanto disfrutábamos los que
identificábamos su aspecto lúdico.
Pero
no permitir el estacionamiento en la mayoría de las calles de San Antonio si
sería todo un logro para sus residentes como para los visitantes a sus
restaurantes, los que podrían disfrutar el poder/tener que caminar por sus
calles sin la amenaza del tránsito y sin carros estacionados que no dejan ver
bien nada. Pero habría que estimular la construcción de estacionamientos
públicos en los lotes existen en la periferia del barrio, y al mismo tiempo
controlar de verdad que no se demuelan casas para improvisarlos de cualquier
manera y por supuesto en un solo nivel,
como sigue ocurriendo en todo el Centro, lo que debería estar totalmente
prohibido.
Igualmente
es necesario que se habiliten vías alternas para que no se continúe usando
algunas calles del barrio solamente para atravesarlo y evitar así los trancones
de las vías arterias de la ciudad, a las que habría que racionalizar su uso, y
por tanto su señalización y demarcación de carriles la que en esta ciudad da
grima. Como lo fue la exageración de las “cebras” pintadas en algunas calles de
San Antonio, como a propósito para que se vieran ese sábado, todo un
despropósito en un sencillo barrio de interés patrimonial y uso residencial, ya
sitiado por pintadas de mal gusto y fachadas con colorinches para llamar la
atención.
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