Cali
es una ciudad que se extiende sin mayor control en sentido Norte-Sur, entre la
Cordillera Occidental y el río Cauca, con un amplio y abandonado Corredor Férreo
al medio, y atravesada por seis ríos. Pance, Lili, Meléndez, Cañaveralejo, Aguacatal y Cali,
siendo este el más importante, pero tan desaprovechado como
el Corredor Férreo, y por la misma razón: es de todos por lo que no facilita el
negocio de nadie, y en esta ciudad de ciegos solo se miran y no se ven sus
posibilidades urbanas, pese a que, juntos, resolverían problemas de la ciudad,
como seguridad, baja densidad, animación
urbana, movilidad y feúra.
Para
el río Cali se ha propuesto una sola autoridad sobre toda su cuenca, que tenga
fortaleza jurídica-represiva y recursos autónomos. Y que recopile todos los
proyectos históricos que existen sobre el río, para lograr uno sólo sostenible
a implementar a mediano plazo. Y que se realicen concursos públicos
ambientales, urbanos y paisajísticos para lograr una reorganización de su
recorrido en los parques ecos turísticos existentes y nuevos, y en la parte
urbana.
Esta
propuesta surge
de planes ya formulados, algunos implementados, incluyendo la mega obra 16,
“Parque Río Cali”, que se está cobrando por valorización. Como también de
las leyes posteriores a la Constitución
de 1991, sobre todo la ambiental (99 de 1993) y la de servicios públicos (142
de 1994), además de las propuestas de reglamentos urbanos, antiguos y nuevos,
como el actual POT y el POMCH, la Junta de aguas y la CVC. Como se ve sobran
leyes y normas pero lo que falta es una autoridad única y finalmente la voluntad política para
implementarla.
Y
para el corredor férreo se han propuesto andenes anchos, arborizados para disuadir a
los carros de subirse, y ciclovías, sobre las calles 25 y 26, y dejarlas sólo
con dos carriles para un par vial por donde iría el MIO; una autovía urbana
(con peaje) de dos calzadas de tres carriles en cada sentido, con su respectivo
arcén y separadores; dos vías férreas para el tren de cercanías y el regional,
con un separador central, arborizado, para permitir estaciones centrales; y un
parque lineal entre Yumbo y Jamundí. Era a lo que apuntaba Protrans hace dos
décadas, pero lo lógico no interesa a políticos, terratenientes y contratistas:
sólo el negocio.
Las
manzanas adyacentes a lado y lado del Corredor Férreo se podrían unir por mas
puentes vehiculares sobre el mismo, con amplios andenes, y en ellas, como en
las de segunda y tercera fila, hoy medio desocupadas, se podría construir
vivienda en altura y centros comerciales, escuelas, colegios, centros
deportivos y gubernamentales, como también edificios de oficinas. La
Universidad del Valle quedaría muy cerca y lo mismo el Centro de Eventos ahora
en Yumbo.
Y
por supuesto en el cruce del río Cali y el Corredor Férreo, hacer en las viejas
instalaciones de la Licorera del Valle un gran centro regional de espectáculos,
con sus respectivos hoteles, unido al centro de la ciudad por el par vial a los
dos costados del río.
Cruce de caminos que debe ser el punto de
partida de un plan vial y de transporte para el área metropolitana, y su
zonificación, renovación y urbanización, constituyendo un verdadero Plan de
Ordenamiento Territorial a largo plazo, involucrando a todos los municipios
vecinos para un mejor manejo medioambiental, principiando por el agua dulce.
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