Al contrario de una ataxofobia lo que se da en Cali es el rechazo al orden. Como los que no respetan lo ya construido con sus nuevos edificios, pues inmunes a la cacofobia no sienten aversión a la fealdad, pero si leucofobia por lo que aborrecen el blanco. O los que criticaron los pasos pompeyanos en el CAM, el semáforo de la Calle Quinta con Carrera Sexta, y ahora los “taches” que buscan poner orden, y como padecen de atelofobia no tienen aversión a la imperfección y no se dan cuenta de que son los errores de diseño y ejecución y no el propósito lo que esta mal en dichas bienvenidas medidas. O los que se quejan de la inseguridad pero padecen de diquefobia y de ahí su aversión a la justicia. Igualmente se necesitan peatones con dromofobia y que esta aversión a cruzar las calles los haga hacerlo por las esquinas y sin correr; y también gefirofobia para que esta aversión a cruzar puentes lleve a que no se insista en esos puentes peatonales que los más neces