Las fachadas, con su disposición de llenos y vacíos, son la primera emoción que brindan los edificios, ya sean únicas o las que forman las esquinas de sus volúmenes, cuando son exentos; como también las fachadas interiores. En todas ellas, las cubiertas son lo más llamativo e importante pues recortan el edificio contra el cielo. Por eso las cubiertas planas de la arquitectura moderna precisan de algunos elementos que rompan su inútil monotonía. Después vienen las entradas, ya sean zaguanes o vestíbulos, que son un abrebocas de los varios espacios a recorrer a continuación. Más adelante, en el interior, se pueden encontrar más zaguanes para pasar a patios, a veces más de uno, a los que dan recintos diferenciados sucesivos que cualquier constructor popular hacia antes con éxito. O en su defecto, está el espacio continuo