Se habla mucho en estos días de la paz del país pero nada de la paz de sus ciudades, pese a que no implica que una minoría cambie la Constitución para lograrla, y que sencillamente busca mas seguridad, funcionalidad, confort y placer para todos los ciudadanos; hombres y mujeres. Asuntos de los que los jefes de las FARC difícilmente podrán hablar después de medio siglo en el monte, pero que al parecer tampoco les interesa a los políticos y empresarios que manejan el país, interesados apenas en su economía, ni a los que evaden su realidad con el espectáculo de los “realitys” de la TV y la arquitectura sin urbanismo que confunden con progreso y modernidad. Habría que principiar por la paz en las ciudades, en las que muere más gente en accidentes de tránsito que por la guerra en el campo, muchos provocados, hay que repet