Este pequeño libro sobre
las muchas palabras de la arquitectura es parecido a un diccionario y
diccionario, según el diccionario, en este caso el Diccionario de la Real
Academia Española, DRAE, es un libro en
el que se recogen y explican de forma ordenada las palabras de una materia
determinada, ordenadas alfabéticamente, o sea un vocabulario especializado.
Es decir, es una lista de palabras técnicas
ordenadas con arreglo a un sistema, y con sus definiciones o explicaciones
sucintas, o sea un glosario, que es un catálogo de palabras de un mismo campo
de estudio o trabajo, definidas o comentadas, a veces incluso algunas con sus
historias cuando son significativas, esclarecedoras, divertidas o las tres al
tiempo.
Y catalogo es una relación ordenada en la que
se incluyen o describen individualmente ciertos documentos que están
relacionados entre sí, en este caso las palabras viejas y nuevas de la
arquitectura actual y sus definiciones precisas y usos adecuados, conformando
así la base de una teoría de la arquitectura pues sin palabras ciertas no se
puede teorizar.
Aunque la palabra “palabras”, plural de
“palabra” no está en el DRAE , esta es el segmento del discurso, unificado
habitualmente por el acento, el significado y las pausas potenciales inicial y
final, siendo en últimas la representación gráfica de la palabra hablada. En
otras palabras, evidentemente no hay mejores palabras para definir “palabra”.
La arquitectura, insiste el diccionario, es
el arte de proyectar y construir edificios (antes era apenas el arte de
construir) pero sería mejor que dijera que es la técnica, además del arte, de
proyectarlos para que se puedan construir con eficiencia y economía, y sean
seguros, funcionales, confortables, sostenibles y emocionantes, diferenciando
su diseño del de otros objetos.
Proyectar es trazar los planos y seleccionar los medios
para la construcción de edificios y espacios urbanos, construir es construirlos,
y de nueva planta es que son nuevos. Y edificio es una construcción fija, de
materiales resistentes, para usos relacionados con el hombre, especialmente en
las ciudades, que son conjuntos construidos de edificios que forman
calles.
Eficiencia es disponer las cosas para conseguir pronto un resultado
determinado y economía es la administración eficaz y razonable de los recursos.
Seguro es lo exento de peligro, daño o riesgo. Sostenible es que puede mantenerse por sí mismo. Funcional es que su uso es útil, fácil y cómodo. Confortable, que aliente a vivir a gusto y con placer y descanso.
Y, finalmente, emocionante es lo que causa emoción, es decir una alteración
del ánimo intensa, y definitivamente agradable y duradera en el caso de la
arquitectura, que va acompañada de cierta conmoción somática y un interés
expectante con que se participa en algo que está ocurriendo, como cuando se
recorre un edificio bien compuesto o se permanece en él.
Es lo que suele producir el verdadero arte y
vale recordarlo pues se ha olvidado que la arquitectura es técnica y arte, de
los pocos que sigue siendo lo mismo, y de ahí la pertinencia para todos los
ciudadanos de estas palabras sobre sus palabras pues son las que les deberían
hablar bien de los edificios, calles y ciudades, que son los lugares en donde
moran.
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