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Mostrando entradas de agosto, 2012

La Cali real. 24.08.2012

De unos 3.000 habitantes a fines del siglo XIX, pasó a cerca de 30.000 a inicios del XX, y después a 300.000 cuando fue la ciudad que más crecía en el mundo a mediados del siglo después de San Pablo, a base de inmigrantes casi todos de pequeñas poblaciones y el campo. Ya entrado el XXI se acerca a 3.000.000, la mayoría jóvenes, si se suma su población flotante, los desplazados, y los que viven en los municipios aledaños, que son cinco y de dos departamentos diferentes. Como pocos de sus habitantes llevan varias generaciones aquí, esta es una ciudad sin ciudadanos propios. Tiene muchos menos años de los que cada año le celebramos, y muchísimos más habitantes de los que periódicamente contamos mal. Esto por supuesto ocasiona problemas de marginación social y gobernabilidad. Ya no es Santiago de Cali,   ni “la sucursal del cielo” sino megaCali. Y si seguimos destruyendo su patrimonio e importando su cultura, pronto será otra ciudad, aparte de la espera de una tragedia, pues continúa la

La Cali oculta. 18.08.2012

No conocemos su geografía ni su historia, y lo poco que se la investiga en las universidades locales es reciente y no sale de ellas. No vemos las implicaciones de que en 1910 fuera escogida como la nueva capital del nuevo Departamento del Valle del Cauca, en reemplazo de Buga, cuando finalmente se conectó con el exterior al llegar el tren desde Buenaventura poco después de terminado el Canal de Panamá, y cuatro siglos después de su fundación aquí buscando una salida al mar. Su latitud, altura sobre el mar, temperatura promedio, precipitación y cambios de humedad nada nos dice, ni que buena parte de su área urbana esté por la tarde a la sombra de la cordillera. Ignoramos lo que implica que sus días varíen muy poco a lo largo del año y que sus atardeceres sean de bellos cambios de color pero sin   Sol. O que sea una de las pocas ciudades en el mundo que pasan tres veces al día por la zona de confort, o que, como muchas ciudades colombianas, su paisaje está arriba y no solo a sus pies.

Cali. 11.08.2012

La ciudad está a 23º27” N y a 1.000 metros sobre el mar, por lo que su clima es constante y benévolo a lo largo del año, con un cambio diario de varios grados, que pasa tres veces por la zona de confort, y además parte de la ciudad está a la sombra de la cordillera. Cuenta con abundantes   lluvias. Su vegetación es variada, exuberante, perenne y precoz. Sus gentes son sencillas y sensuales, pero sus diferentes procedencias y el rapidísimo crecimiento de la ciudad las ha llevado a la falta de respeto por los demás. Recostada a la cordillera, entre los cerros de Las tres cruces y Cristo Rey, la ciudad tiene vistas a ellos y al valle, y en lugar de atardeceres convencionales disfruta de un bello cambio de colores a las últimas horas del día, cuando baja la brisa fresca. Contra sus cielos lechosos contrastan las techumbres de tradición colonial que aún quedan y verdes y grandes árboles, contra los cuales se destacan sus muros blancos de escasos vanos y profundas sombras. Lo mejor de Cali

Más respeto por los otros. 04.08.2012

Como en las ciudades tenemos que vivir juntos, a diferencia del campo en el que los vecinos suelen estar lejos, es imperativo educar permanentemente a los ciudadanos para que la vida cotidiana en ellas sea tranquila, limpia, confortable, alegre, bella y significativa para todos. Y es sorprendentemente sencillo: solo hay que tener respeto por los otros para que ellos lo tengan con nosotros, tal como se ha dicho toda la vida, y entender que la Ley se creó precisamente para resolver los inevitables conflictos. El problema es comenzar y por eso hay que educar y no apenas reprimir.                                                                                                                                                 Independientemente de donde provengamos, todos aprendemos de inmediato a respetar a los demás cuando viajamos a las ciudades de otros países con largas tradiciones  de vida urbana, pues como reza el dicho “a donde fueres haz lo que vieres”. En ellas lo usual es que hay