La ciudad se compone de espacios ocupados y espacios libres entre ellos; los ocupados lo están, o lo van a estar, por edificaciones diversas; y los libres por vías de comunicación más zonas abiertas ceremoniales o recreativas. Espacios ocupados o libres, pero todos definidos por su emplazamiento, función, construcción y forma que determinan su proyecto, el que implica arte y técnica más consideraciones ambientales, culturales, sociales, económicas y políticas. Por eso el arquitecto es el profesional central de una ciudad en tanto un artefacto construido para habitar en él, ya sea en sus edificaciones o en sus espacios urbanos de uso público, y su debida participación en la planeación de la ciudad.
La arquitectura de las diversas edificaciones de la ciudad, en su aspecto artístico, incluyendo su paisajismo, depende de su función y determina su construcción o, por lo contrario, lo funcional determina su forma y construcción; mientras que en las más sencillas es su construcción lo que lleva a su forma. Lo mismo sucede en el urbanismo de los espacios libres, en los que en el proyecto de sus espacios lúdicos incide más su aspecto artístico, mientras que en los de circulación, lo es el técnico, y en ambos casos determinando su construcción. En el paisajismo, por su parte, lo funcional y lo técnico es lo primero cuando acompaña a las edificaciones o espacios de circulación; y lo artístico en los espacios libres y lúdicos.
La construcción de la ciudad, como se puede comprobar a lo largo de la historia, depende de su arquitectura, urbanismo y paisajismo, los que solían ser parte de su cultura; pero desde poco antes del siglo XX, es la construcción llevada a cabo por personas sin la debida formación profesional la que le da forma a la mayoría de la ciudad; aunque por supuesto existen no pocas excepciones de las que hay mucho que aprender. De ahí la definitiva importancia de la correcta planificación de la ciudad: urbana, arquitectónica y paisajística, para determinar los usos del suelo, y la ocupación del espacio, en planta y altura, mediante normas pertinentes, permitiendo verificar a tiempo su control.
La planificación de la ciudad se ocupa de un plan general de gran amplitud, metódicamente organizado para facilitar su desarrollo armónico a largo plazo; realizado por urbanistas, arquitectos y paisajistas con la colaboración de ingenieros, economistas, sociólogos, antropólogos, geógrafos e historiadores, mediante un trabajo interdisciplinario. Pero bajo la dirección de personas con sensibilidad estética y conocimientos en diversas técnicas y profesiones, y de la geografía e historia del territorio en donde intervienen, lo que les permite dialogar con los especialistas que dominan una determinada disciplina, materia o actividad, como con los dirigentes de los diferentes gremios profesionales, industriales y comerciales implicados.
Es perentorio que todos estos temas de ciudad, y desde luego otros más al respecto, sean del interés de la mayoría de los habitantes de ciudades como Cali, y por supuesto de sus dirigentes, privados como públicos, y los medios de comunicación, actualmente más preocupados por lo que sucede diariamente en la cuidad -y con toda la razón- pero poco conscientes de que la planificación urbana igualmente los afecta, pues en buena parte los determina, como por ejemplo es el caso de la movilidad, o que no fomenta el mayor disfrute en ella de sus cercanos paisajes naturales, zonas verdes, parques, paseos, avenidas y plazas, y de su clima tropical sin extremos.
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