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Ciudad y basuras. 02.07.2022

 Basuras, dice el DLE, “son los residuos, desechos y otros desperdicios”, a lo que hay que agregar, en las ciudades, los escombros; pero lo que los vincula a todos es su carácter de desperdicios: “el derroche de la hacienda o de otra cosa” pues, precisamente, no se trata apenas del material de cada caso sino de su valor económico, ya sea para evacuarlo o el que representa al poder ser reutilizado: “volver a utilizar algo , bien con la función que desempeñaba anteriormente o con otros fines”. Pero ahora reutilizar las distintas basuras en las ciudades es urgente de cara al cambio climático, y en muchas mucho ayudaría a una imagen mucho más limpia.

Residuos son la parte o porción que queda de un todo, o que resulta de la descomposición o destrucción de algo, o es un material que queda como inservible después de un trabajo, o que no se puede o no es fácil aprovechar; o que se deja de aprovechar por descuido. Justo como sucede en las construcciones en las que se desperdicia un considerable porcentaje de los materiales y componentes que se utilizan en ellas. Todo por la carencia de normas que obliguen a que las medidas de los componentes, elementos y aparatos utilizados en los edificios sean compatibles entre sí para que no se generen sobrantes, y que entonces los proyectos se valgan de una única retícula de diseño.

Desechos son aquellos desperdicios que quedan después de haber escogido lo mejor y más útil de algo; pero ahora es imprescindible pensar al mismo tiempo en qué se va a hacer con lo que se desecha o, aún mejor, para qué puede ser útil después y mejor para algo, lo que incluso podría variar lo que se escoja o lo que se piense que es mejor. Muchas cosas que se desechan les pueden ser útiles a otros, como lo saben los chatarreros y los que escarban en las bolsas de basura, por ejemplo, por lo que habría que auspiciar que las cosas que se desechan sean depositadas en sitios adecuados a ese propósito para que sean útiles y buenas para otras cosas, o para otras personas.

Escombros, son los desechos que quedan de una obra de albañilería o de un edificio en ruinas o, peor aún, que es demolido; pedazos de estructuras, cubiertas, muros, suelos, rejas y puertas  que no se desmontan si es posible sino que se los inutiliza al desbaratarlos a golpes. En lo posible habría que eliminar las escombreras y usar los desechos de las construcciones en la obra misma, para hacer rellenos, por ejemplo; y reutilizar lo más posible todo lo ya construido, como edificios, casas o puentes, en lugar de demolerlo innecesariamente y volverlo escombros; o prever su futuro desmontaje o traslado, como es el caso de los puentes peatonales correctamente diseñados.

En las ciudades el asunto es cómo no generar basuras, luego, si las hay, como reutilizarlas y, en último caso, cómo eliminarlas; se trata de invertir las prioridades actuales, en las que hay más preocupación y más recursos para eliminarlas, afortunadamente cada vez más a cómo reusarlas, pero casi ninguna preocupación a cómo evitarlas. En el campo, antes, había mucho menos basuras y mucho más espacios en donde depositarlas, pero en las ciudades las hay cada vez más y muchos menos espacios para depositarlas y simplemente se echan a la calle; “agua va” se decía y listo. En conclusión, hay que considerar las basuras en los planes de uso y densidades del suelo, y en los de vialidad.

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