Ir al contenido principal

El turismo. 22.04.2017


     Como lo recuerdan Gilles Lipovetsky y Jean Serroy (La estetización del mundo, 2013, p. 50) según la Organización Mundial del Turismo este, con sus más de 900 millones de viajeros internacionales ya era, al menos hace cuatro años, la primera industria del mundo, representando alrededor del 12% del PIB mundial. Y señalan además cómo “el capitalismo artístico no ha desarrollado sólo una oferta creciente de productos estéticos: ha creado un consumidor bulímico de novedades, de animaciones, de espectáculos, evasiones turísticas, experiencias emocionales, goces sensitivos: dicho de otro modo, un consumidor estético o, más exactamente, transestético” uno de los temas de su análisis de esta época que llaman” del capitalismo artístico.”
                                                                   
    Por eso, justamente, “las ciudades históricas son acicaladas y rehabilitadas con puestas en escena, efectos de luz, itinerarios patrimoniales, explotación de zonas dedicadas a los placeres urbanos y turísticos.” (p. 41), dándole razón a Rem Koolhaas cuando afirma que los centros históricos son lo más renovado, modificado y falso que hay en las ciudades (La Ciudad Genérica, 2002). Como es el caso de Cartagena o, guardadas las proporciones, el de San Antonio en Cali, aunque aquí sin la proliferación de prostitutas, proxenetas y clientes de que se queja Álvaro Restrepo allá (El Tiempo, 09/04/2017) pero con torpes demoliciones. El hecho es que, como lo señalan Lipovetsky y Serroy lo que vemos es una “domesticación ilimitada del mundo” (p. 41).
                                                                                                                                                                        Afortunadamente en Cali, además del turismo de la salsa, el sexo y las drogas (que habría que legalizar para poderlas controlar de verdad evitando la corrupción y violencia actuales), coge cada vez más fuerza el turismo de los que vienen a avistar aves, y en un futuro no tan lejano muchos vendrán a disfrutar de su clima y paisajes, incluyendo la maravillosa costa pacífica de la que hablaba en días pasado Medardo Arias Satizabal (Ibabura a sotavento, El País, 12/04/2017) pues algún día se terminará la eterna doble calzada, habrá de nuevo tren y el narcotráfico, que tanto mal le sigue causando a este país,  será cosa del pasado.
                                                                                                                                                                         Como concluyen Lipovetsky y Serroy, “la modernidad ha superado la prueba de la cantidad y la hipermodernidad debe superar la de la calidad en la relación con las cosas, con la cultura, con el tiempo que se vive.” (p. 354). Es de esperar que los cabecillas de las FARC se hayan dado cuenta en La Habana de la presencia económica cada vez mayor del turismo, que nunca abandonó la isla, pero igualmente de sus inconvenientes culturales, ahora que pretenden hacer política, pues de los políticos corruptos que se puede aguardar, quedando todo en manos de los ciudadanos más cultos e informados y de visión más amplia al tiempo que profunda.
                                                                                                                                                                        Sindéresis que tanto precisan ciudades como Cali, en la que poco se piensa en su futuro, de manera global, integral y a largo plazo, sino que se la somete a planes independientes para obras públicas que no se terminan, realizados por supuestos especialistas, o a políticas generales que no se cumplen. Cuánta falta hace aquí esa capacidad natural para juzgar rectamente sus diferentes aspectos urbanos, arquitectónicos, paisajísticos, y de movilidad y servicios, para así poder lograr un ciudad sostenible en su sentido más amplio: ciudad y ciudadanos, y por supuesto de cara al eminente cambio climático y no que lo nieguen como la han hecho algunos dirigentes locales.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ciudad, Alcaldía y Concejo 13.08.2022

  Cali, como tantas ciudades en el mundo, afronta amenazas, entre ellas el cambio climático, la posibilidad de una recesión económica global, pandemias, e inmigraciones no deseadas; además de posibles disturbios internos, sobrepoblación creciente y el precario control sobre su área metropolitana irresponsablemente aún no oficializada. Asuntos todos los anteriores en los que en Cali, sus alcaldes, concejales, ciudadanos e instituciones juegan un papel definitivo, pero que ya a inicios de la tercera década del siglo XXI lamentablemente lo hacen cada uno por su lado ignorando, consciente o inconscientemente, las otras opiniones y propuestas en lugar de buscar que sean compatibles. Respecto a la Alcaldía de Cali, hay que recordar que esta debería ser responsable de actualizar el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, POT, y de llevar a cabo los acuerdos del Concejo Municipal en ese sentido, sin perjuicio de sus propias potestades; y que debe ser consciente de que es la máxima autor

La nueva arquitectura. 27.08.2016

        Lo urgente de lo sostenible deberá lograr que la arquitectura de nuevo sea bella y eficiente como fue la edilicia de siempre en todas partes. Los nuevos profesionales, formados en las universidades deberán buscar que las técnicas apropiadas para una arquitectura sostenible los lleven a nuevas formas coherentes, en lugar de inventárselas caprichosamente como en la arquitectura espectáculo, o falsamente ecológicas como en mucha de la vendida como “verde”. Para principiar, lo construido debe durar mucho y ser fácilmente adaptable a nuevas distribuciones y usos, como también para su mantenimiento, remodelación a fondo, o el reciclaje final de sus materiales si es del caso. Y su construcción, uso y mantenimiento debe consumir el mínimo de agua y energía y generar el mínimo de contaminación, sobrantes, escombros y desperdicios. El ejemplo a seguir es desde luego la arquitectura tradicional, tan bien adaptada a su clima, paisaje y tradiciones, que hay que reinterpretar con

De urbe a utopía 17.09.2022

  Urbes son aquellas ciudades muy populosas, como es el caso de Cali, que ya va para tres millones de habitantes en su área metropolitana aún no oficializada, pero igualmente se las relaciona con las capitales, o con las ciudades más importantes y educadas del mundo, lo que no es el caso de Cali. Sin embargo, el que no sea una urbe no debe implicar para nada el que se descuide tanto su urbanización, se desconozca tanto el urbanismo y la arquitectura, ni que sus habitantes carezcan de urbanidad, todo lo cual lleva a la pertinencia de su utopía como urbe futura para mejorar la ciudad actual retomando lo mejor de su pasado cuando era una pequeña villa colonial al lado de un río. Urbanización es la acción y efecto de urbanizar, y cuyo resultado final es un núcleo residencial supuestamente urbanizado; lo que no es el caso de Cali, en la que varios de sus sectores periféricos son loteos y construcciones ilegales o directamente invasiones espontáneas, o instalaciones industriales o comerciale