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El problema. 16.09.2017


    Los de San Antonio, son diez, aunque su intensidad, frecuencia y gravedad varían según sus diferentes calles. 1- Se demuelen casas. 2- Se alteran sus fachadas. 3- Se hacen sobreelevaciones. 4. Hay usos incompatibles con la vivienda. 5- En muchos predios ya no vive nadie. 6- La movilidad está afectada por la estrechez y falta de continuidad de sus andenes. 7- Los carros invaden sus calles. 8- Las basuras ocupan los andenes. 9- Los ruidos ajenos molestan. 10- Hay inseguridad.
                                                                                                                                                                           Sin embargo, en realidad el problema es uno solo: la falta de autoridad y control, pues todos estos asuntos sencillamente no respetan la Ley, ya sean las normas vigentes o el Código de Policía. Por lo que urge que el Alcalde promueva un comité encargado de buscarles soluciones viables y permanentes, las que por lo demás se necesitan en toda la ciudad, solo que en San Antonio son más significativas por su interés patrimonial y por formar parte del Centro Histórico de Cali.
                                                                                                                                                                          Debería está conformado por representantes de Planeación, el Dagma, la Policía, y el Tránsito, y el Alcalde por supuesto, y por delegados de la Junta de Acción Comunal, la Fundación Vecinos de San Antonio, la Sociedad Colombiana de Arquitectos, Vigías del Patrimonio, la Sociedad de Mejoras Publicas, y alguien del Ministerio de Cultura conocedor de los problemas de la conservación del patrimonio cultural pues parte de él está  o debería estar en el área de influencia de la capilla de San Antonio.
                                                                                                                                                                          Y lo primero que este comité tendría que hacer es verificar, cuantificar y establecer la importancia y urgencia de dichos problemas en el sitio mismo, dejando constancia de sus visitas, para lo cual se podrían apoyar en estudiantes en pasantía de las escuelas de arquitectura de la ciudad, los que además algo aprenderían sobre su ciudad y su arquitectura. Podrían hacer un inventario con fotos, algunos datos mínimos y apoyarse en Google Earth, el que podría usar después el Municipio.
                                                                                                                                                                         Lo que sería toda una irresponsabilidad es dejar que los vecinos cada uno por su cuenta y manera sigan tratando de resolver dichos problemas, pues genera más inseguridad y hasta violencia. La que se sumaría a las calamidades debidas al trastorno climático, como con razón lo llama el arquitecto Harold Martínez. Al fin y al cabo, una plaga igual se puede entender como la aparición masiva y repentina de varios problemas que juntos causan graves daños a las poblaciones.
                                                                                                                                                                        Es preciso que todos en Cali entiendan que San Antonio, con La Merced, son los únicos barrios que conservan nuestro legado andalusí de íntimos patios, corredores y  pendientes techumbres ocres sobre blancos muros con pocos y verticales vanos. Y que el  Centro Histórico, del cual forman parte, es un área urbana que se caracteriza por contener los bienes vinculados con la historia de la ciudad, a partir de la cultura que le dio origen, y de conformidad en los términos de la declaratoria respectiva o por determinación de la ley. 
                                                                                                                                                                         Conservar la tradición es una pauta de convivencia que una comunidad debe considerar como una parte integral de sus usos y costumbres. En el caso del patrimonio construido, que es con la lengua parte fundamental de la cultura, es además  económicamente rentable por el turismo que genera, y ambientalmente conveniente al reutilizarlo y no desecharlo. De todo esto ya se ha hablado en esta columna pero hay que insistir para que el barrio siga siendo el mejor vividero de Cali.

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