Eliminar el automóvil reemplazándolo por el uso de bicicletas, tranvías,
autobuses, taxis, Metros y trenes según la necesidad, la alternativa
revolucionaria que el pensador y periodista francés André Gorz no veía viable
hace 42 años (El País, Las bicicletas, 02/05/2013), ya pedalea rápidamente por
todo el mundo. Hoy, el uso de las bicicletas para transportarse es cada vez
mayor y las bicicletas, sin duda mejores y hasta se pueden doblar para llevarlas en buses y trenes
o guardarlas.
Según las cifras de diferentes organizaciones la producción mundial de bicicletas
y vehículos era en 1965 de cerca de 20 millones por año cada una. Porcentaje
que cambió radicalmente ya a principios del siglo XXI pues el número de
bicicletas fue de unos 100 millones, cinco veces más, mientras el de carros
apenas el doble: 42 millones (Darío Hidalgo, RevistaDinero, 01/08/2015). Y eso
que aún muchos usuarios de las bicicletas son propietarios de carros pero
pronto sólo los alquilarán cuando los precisen.
Cambio debido a una mentalidad ecológica y crítica frente a los problemas
que podrá generar el cambio climático en los próximos años, estímulo del que
habla Hidalgo, pues las bicicletas no consumen combustibles perecederos por lo
que no comprometen los recursos de las generaciones futuras ni contaminan el
medio ambiente. Pero asimismo generado por la inoperancia creciente de los
carros particulares, sobre todo en días laborales en los que en recorridos
cortos son más rápidas que los carros.
En la actualidad en la Unión Europea, Taiwán y Japón se concentra más del
80% de la producción mundial de bicicletas. Y en Múnich, un nuevo ejemplo en
las ciudades europeas, buscando que su uso sea más seguro y fácil, ya hay un
plan para hacer ciclovías de dos carriles que salen del centro de la ciudad en
todas las direcciones hasta los suburbios más apartados, separadas de los
carros y sin semáforos (Andreas Groh, Fast Co Exist reports, 07/08/2015).
Mientras que en China e India, en donde la bicicleta había pasado de una
alternativa de movilidad popular a un símbolo del “subdesarrollo”, el paradigma
cambió y ya se empezó a construir más infraestructura para ellas. Como ahora en
Colombia, en donde cada vez hay más bicicletas eléctricas, al punto de que en
Cartagena ya van a reglamentar su uso para evitar su mal uso, justamente, pues
algunas pueden llegar hasta 50k/h siendo peligrosas para sus usuarios temporales
y peatones.
Según Hidalgo en Bogotá ya un 5% de los viajes en la ciudad se realiza en
bicicleta, seguida por Medellín, Cali o Manizales, que a pesar de su difícil
topografía se ha metido en el cuento de la ‘bici’ como dice él. Y desde luego
hay que agregar muchas ciudades intermedias, precisamente las de mejor calidad
de vida, en las que nunca se han dejado de usar, como Palmira, donde el
“cotudo” Barney Materon iba dos cuadras al trabajo en bicicleta.
Sin embargo, como se advertía en la columna citada arriba, “hay que implementar
redes de ciclovías sin los errores cometidos hasta ahora, como se siguen
cometiendo en Cali”. Por eso vote por las bicicletas; es decir, vote en blanco
pues ninguno de los candidatos ni siquiera emula a Enrique Peñaloza que hace
sus campañas en bicicleta ¿Será que por eso pierde las elecciones? menos mal
que ahora si se subió al Metro; con lugar para llevar bicicletas, claro.
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