En Cali la calidad de vida se
puede mejorar mucho pues ya cuenta con un clima y unos paisajes que muchos
envidiarían en otras partes pero que aquí no sabemos apreciar. Pero antes se
requiere transformar a fondo su administración, y no apenas sus funcionarios
“de turno”, precisamente, más desde luego hay que hacerlo dentro de los límites
que señala la Constitución y las leyes vigentes.
Por eso hay que encontrar
candidatos al Concejo comprometidos con sus electores y no
con “inversionistas” en el negocio electoral, que puedan trazar objetivos
a largo plazo. Y para llevarlos a cabo se precisa un alcalde que los comparta y
que esté en capacidad de resolver los problemas eventuales que se presenten,
como también los cotidianos propios de toda ciudad, trabajando armónicamente
con el Concejo.
Con este propósito ha surgido
en Cali un centro de pensamiento independiente que pretende cambiar a los
ciudadanos, informándolos mejor respecto a cómo mejorar la ciudad, en tanto que
artefacto, la que a su vez, ya mejorada, los mejoraría aún más, en tanto
ciudadanos. Y no es jugar frívolamente a repetir el verbo sino que hay hacerlo
simultáneamente con la ciudad y sus ciudadanos.
No en vano “polis” y “política”
surgen al mismo tiempo en la Grecia clásica, y comprenderlo a fondo permitirá
votar por propuestas sustentadas y no apenas por personas y promesas. A generar
nuevas ideas para el futuro inmediato a partir de la crítica y debate de un
presente amenazado por el eminente cambio climático.
A unir propósitos en lugar
de separar personas. A votar en blanco si no hay por quien, puesto que siempre
habrá por qué >
está focalizado en Cali y su área de influencia, comenzando por integrar una
propuesta para formalizar su área metropolitana y región de ciudades; un plan
vial (incluyendo los andenes) y de transporte público a partir del corredor
férreo; la protección del patrimonio natural (agua, relieve, vegetación y vida
animal) y la disposición de las basuras; la conservación del patrimonio
construido, ejidos y baldíos y tradiciones, la re densificación y el cinturón verde.
Pero primero que todo <cali.ci.y.ci@gmail.com> busca ocuparse de contribuir a la orientación cívica y social de
los habitantes de Cali para volverlos “urbanitas” y caleños. Es decir, en personas que viven acomodadas a los usos y
costumbres de la ciudad, en este caso Cali, una ciudad que son varias ciudades,
lo que no está nada mal si no fuera porque están mal revueltas, pues no se
trata de discriminar con absurdas zonificaciones.
Que entiendan que
su espacio público (calles, plazas y parques, incluyendo las fachadas de las
construcciones que los conforman) es común a todos sus diversos habitantes, los
que provienen de regiones distintas y muchos aun sin una cultura urbana, pero
si híbrida, como definió las nuestras Néstor García Canclini (Culturas híbridas /
Estrategias para entrar y salir de la modernidad,
1990.
Ciudadanos que entiendan que lo
equitativo y democrático es respetar a los otros en ese espacio común que es la
ciudad, que nos iguala en cada una de ellas pues lo tenemos que compartir. De
ahí la necesidad de retomar la educación cívica, es decir sobre el
comportamiento de los ciudadanos en ella, y en consecuencia sobre la ciudad como
espacio físico construido, para que lo podamos compartir civilizadamente.
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