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Problemas y soluciones. 31.10.2015


          Era previsible el fracaso del par vial que se intentó en el sur hace un par de semanas pues las dos vías usadas están muy distantes una de otra y tienen capacidades muy diferentes, además de que las calles que las comunican no son suficientes. Y que poner las dos calzadas de una vía en la misma dirección causa más problemas al no ser fácil pasar de una a la otra y por eso hace años que ya no se usan en otras partes.

Y aumentar el “pico y placa” no servirá de mucho pues todo el que puede adquiere otro carro para evadirlo o no sale del que tiene cuando cambia de modelo, medida que solo ha servido para que haya más carros, para felicidad de sus vendedores, y aplazar un verdadera sistema integrado de transporte público, pues el MIO es apenas un componente,  y el mayor uso de las bicicletas.

Como se sabe, la solución de un problema comienza por plantearlo correcta y completamente. En el caso del “trancón del sur” se trata de muchos carros particulares, con apenas el conductor o máximo un pasajero, circulando a la misma hora, y la mayoría en la misma dirección, por vías insuficientes y con cruces no sincronizados, amén de su pésima señalización y demarcación, y del irrespeto por los conductores por el derecho de los demás.

Haber dejado concentrar muchos de los colegios de Cali y la totalidad de sus universidades en el sector de Pance y haber permitido la extensión de la ciudad hacia el sur, sin haber previsto la infraestructura vial que se iba a necesitar, es lo que genera el problema pero se lo suele dejar de lado como si su acelerado crecimiento poblacional no fuera el causante de todos sus problemas. Y su solución no es otra que utilizar el Corredor Férreo que cruza el área metropolitana de Cali de Jamundí a Yumbo, y oficializar esta última.
                                                                                                                                                                            Por dicho corredor debería ir un transporte público masivo, ya sea un tren de cercanías, un tranvía o buses biarticulados, junto con una autopista urbana, pues su ancho de cerca de 100 metros lo permite sin tener que adquirir terrenos ni perturbar al resto de la ciudad durante su construcción. Y es inaudito que no se haya principiado por darle continuidad al par vial de las calles 25 y 26 a todo su largo.
                                                                                                                                                                          Mientras tanto hay que poner semáforos sincronizados en todos los cruces de la avenida Cañasgordas, que generen “olas verdes”, emprender su ampliación en donde no cuanta con dos calzadas, utilizando los “antejardines” hoy empleados para estacionamientos, los que hay que concentrar en las calles transversales, y hacer andenes anchos, llanos, arborizados, continuos y sin obstáculos.

Y mejorar decididamente el transporte público para que más gente lo prefiera, aumentando su frecuencia en el sector, prohibir el cargue y descargue en las horas pico, fomentar el que se compartan los vehículos particulares para ir a los colegios y universidades, e insistir en que los primeros colaboren anticipando sus horarios de entrada y las otras retrasándolos, y que hagan jornadas continuas.
                                                                                                                                                                              Se trata en últimas de poner orden y de implementar con orden las soluciones, como se propuso en la columna ¿Ciudad? de El País hace un mes (Orden, 17/09/2015). Amén de “análisis” que se escriban con razones y funcionarios que cuenten con suficientes conocimientos y experiencia en su respectivo campo. Y solo quedaría que el nuevo Alcalde procure que el nuevo Secretario de Transito si los tenga.

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