Era previsible el fracaso del
par vial que se intentó en el sur hace un par de semanas pues las dos vías
usadas están muy distantes una de otra y tienen capacidades muy diferentes,
además de que las calles que las comunican no son suficientes. Y que poner las
dos calzadas de una vía en la misma dirección causa más problemas al no ser
fácil pasar de una a la otra y por eso hace años que ya no se usan en otras
partes.
Y aumentar el “pico y placa” no
servirá de mucho pues todo el que puede adquiere otro carro para evadirlo o no
sale del que tiene cuando cambia de modelo, medida que solo ha servido para que
haya más carros, para felicidad de sus vendedores, y aplazar un verdadera
sistema integrado de transporte público, pues el MIO es apenas un
componente, y el mayor uso de las
bicicletas.
Como se sabe, la solución de un
problema comienza por plantearlo correcta y completamente. En el caso del
“trancón del sur” se trata de muchos carros particulares, con apenas el
conductor o máximo un pasajero, circulando a la misma hora, y la mayoría en la misma
dirección, por vías insuficientes y con cruces no sincronizados, amén de su
pésima señalización y demarcación, y del irrespeto por los conductores por el
derecho de los demás.
Haber dejado concentrar muchos
de los colegios de Cali y la totalidad de sus universidades en el sector de
Pance y haber permitido la extensión de la ciudad hacia el sur, sin haber
previsto la infraestructura vial que se iba a necesitar, es lo que genera el
problema pero se lo suele dejar de lado como si su acelerado crecimiento
poblacional no fuera el causante de todos sus problemas. Y su solución no es
otra que utilizar el Corredor Férreo que cruza el área metropolitana de Cali de
Jamundí a Yumbo, y oficializar esta última.
Por
dicho corredor debería ir un transporte público masivo, ya sea un tren de
cercanías, un tranvía o buses biarticulados, junto con una autopista urbana,
pues su ancho de cerca de 100 metros lo permite sin tener que adquirir terrenos
ni perturbar al resto de la ciudad durante su construcción. Y es inaudito que
no se haya principiado por darle continuidad al par vial de las calles 25 y 26
a todo su largo.
Mientras
tanto hay que poner semáforos sincronizados en todos los cruces de la avenida
Cañasgordas, que generen “olas verdes”, emprender su ampliación en donde no
cuanta con dos calzadas, utilizando los “antejardines” hoy empleados para
estacionamientos, los que hay que concentrar en las calles transversales, y
hacer andenes anchos, llanos, arborizados, continuos y sin obstáculos.
Y mejorar decididamente el
transporte público para que más gente lo prefiera, aumentando su frecuencia en
el sector, prohibir el cargue y descargue en las horas pico, fomentar el que se
compartan los vehículos particulares para ir a los colegios y universidades, e
insistir en que los primeros colaboren anticipando sus horarios de entrada y
las otras retrasándolos, y que hagan jornadas continuas.
Se
trata en últimas de poner orden y de implementar con orden las soluciones, como
se propuso en la columna ¿Ciudad? de El País hace un mes (Orden, 17/09/2015). Amén
de “análisis” que
se escriban con razones y funcionarios que cuenten con suficientes
conocimientos y experiencia en su respectivo campo. Y solo quedaría que el
nuevo Alcalde procure que el nuevo Secretario de Transito si los tenga.
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