Toda la limpia agua del aguacero de la madrugada
del miércoles de la semana pasada se fue casi toda al alcantarillado de aguas
negras y de allí directo al contaminado río Cauca. Que desperdicio; que irresponsabilidad,
que negligencia. Nos enorgullece ser la ciudad de los siete ríos, pero la
realidad es que han adolecido del cuidado y protección de sus cuencas, ha sido
señalado muchas veces, la última por la Asociación Colombiana de Ingeniería
Sanitaria y Ambiental, ACODAL, Seccional Occidente. Solo ha existido la siembra
de árboles que efectuó EMCALI entre 1992 y 1996, pero no fue protegida y expandida
por los entes territoriales a los que les correspondía.
Como
se mencionó en la columna ¿Ciudad? de El País (¡Agua! 15/12/2012) da pena ver
bajar torrentes de agua limpia por todas las cañadas, quebradas y ríos que
cruzan a Cali, en los que podría haber reservorios de diversos tamaños en la
parte baja del piedemonte, menos vulnerables en caso de un terremoto, para
recoger toda esa agua y utilizarla mediante pequeños acueductos, tal como lo
hacen desde hace tiempo los cañicultores de la región para regar sus cultivos
en las épocas de sequía.
Como
lo ha sostenido ACODAL, Cali no requiere de una solución única. Además ya
hay avances tecnológicos suficientemente probados en el mundo, que
permiten mejorar la extracción de aguas crudas adecuadas para potabilizar,
haciendo uso de los lechos de infiltración de los ríos, sin que se tengan que
desarrollar, grandes macro-obras de captación y conducción. EMCALI está en mora
de analizarlas y probarlas, puesto que el, Instituto de Investigación y
Desarrollo en
Abastecimiento de Agua, Saneamiento Ambiental y
Conservación del Recurso Hídrico, CINARA, de la Universidad del Valle con la colaboración
de instituciones Holandesas, han avanzado al respecto para el caso de Cali.
Pero,
por lo contrario, irresponsablemente las autoridades no han impedido la
urbanización o la invasión de esas cañadas y humedales, los que se rellenan
modificando sus ecosistemas y comportamientos hídricos. Y vergonzosamente lo
hacen personas, promotores, profesionales, empresas y hasta entidades
universitarias, de las que cabría esperar mayor conciencia social y ambiental,
dando el peor ejemplo a los demás.
Como
proponen ACODAL y el CINARA, se debe rescatar, recuperar, descontaminar y
disfrutar el río Cauca. Los agricultores y dueños de las tierras, están
obligados a respetar sus áreas de protección forestal y la de reserva forestal
y no sembrar hasta sus orillas y la CVC a hacer respetar y cumplir las normas,
en conjunto con todos los entes de control. Eso igualmente se le solicita a la
gobernación de los departamentos del Valle del Cauca y del
Cauca, a la CRC y sin duda, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y
al Área de parques Naturales que deben también intervenir.
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