Ir al contenido principal

Una buena gestión administrativa. 01.10.2011


         Para mejorar la base económica de una ciudad es necesario primero que los asuntos de permisos y  normas con el gobierno municipal sean ágiles, claros  y sobre todo pertinentes y definitivos. Que los ciudadanos sepan a qué atenerse. Que no lleven por su demora y laxitud a la trampa ni al mercado negro o la economía informal. Ni por su imprecisión a la corrupción por ejemplo en las curadurías urbanas, o en las elecciones fraudulentas, como lo estamos viviendo en estos días, en las que nos tendríamos que preocupar no es por los candidatos (ninguno con  experiencia y conocimientos sobre las ciudades), sino por los intereses de los que financian sus candidaturas, organizadas  muchas incluso desde la cárcel. Así no es posible que tengamos después buenas gestiones administrativas en nuestras ciudades.

         Pero lamentablemente el “papeleo” es entre nosotros un asunto cultural, y es más importante que la realidad; adoramos el “inciso” para explicar lo que dejamos mal o incompletamente “explicado” y en consecuencia la trampa también, “hecha la ley hecha la trampa” decimos desde siempre con picardía. Pedir permiso en Colombia es correr el riesgo de que contesten de inmediato que “no” y la seguridad de que haya que presentar los “papeles” del caso. Nuestras “Administraciones Municipales” administran mal y nuestros “Municipios” ya no son lo que deberían ser en términos de ciudad-región. Porque una buena administración pública depende no sólo de cómo se administra, sino también de qué es lo que se administra y hasta cuándo y hasta donde. Si no administramos la región no se puede administrar bien la ciudad.

         El culto a la burocracia lo heredamos del Imperio Español que por la distancia y el tiempo no le quedaba más remedio que recurrir al papeleo para tratar de gobernar sus enormes y despobladas provincias de ultramar, en las que la “presencia” del Estado sigue siendo casi siempre lejana o arbitraria, como lo vivimos desde la Independencia, y ahora hasta en el centro mismo de las ciudades, cuyo desorden administrativo es total. Con frecuencia no hacemos leyes y normas “cumplibles” o las llenamos de “excepciones” y cuando son posibles y no apenas necesarias no nos preocupamos de que se conozcan con suficiente anterioridad, ni de vigilar que se cumplan después hasta que pasen a ser parte de un comportamiento urbano, lo que difícilmente se logra en nuestras ciudades pues permanentemente se cambian sus reglas de juego dependiendo de intereses puramente comerciales.

         Para comenzar, es inaudito que la mayoría de los colombianos hayamos sido obligados a gestionar varios documentos de identidad en los últimos años, al tiempo que los “pases” para conducir vehículos tengan fecha de vencimiento pero sean “indefinidos”. Que no tengamos el mismo número para la cédula de ciudadanía, el pase, la libreta militar y el celular. Número que debería estar basado en la hora y fecha de nacimiento. Solo se preciarían  dos dígitos para  el orden de nacimiento, dos  para la hora, dos para el día, dos para el mes y dos para el año. Y por supuesto todos los papeles mencionados podían estar en un solo con un código de barras con toda la información pertinente, como tipo de sangre y demás. Pero no, nos fascinan los papeles y entre más se pidan creemos que es mejor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las dos caras de la ciudad. 08.06.2024

                 Las ciudades son la suma de muchas y variadas edificaciones para vivienda, casas y apartamentos y demás usos complementarios para trabajo, educación, salud, recreación y cultura, además de las necesarias para sus espacios urbanos públicos, calles, plazas y parques, construcciones todas que siempre cambian con el paso de los años y los nuevos sistemas constructivos generando nuevas imágenes, y que están emplazadas en territorios rodeados de paisajes rurales y naturales que también cambian. Ciudades que son habitadas por diversas personas solas o que conforman familias, y a su vez diversas comunidades, todos estos habitantes ocupando diferentes barrios.               Pero en Cali hay más conciencia entre sus funcionarios y ciudadanos de lo que pasa en la ciudad, que de ésta en tanto artefacto, ignorando la importancia que tiene la ciu...

De urbe a utopía 17.09.2022

  Urbes son aquellas ciudades muy populosas, como es el caso de Cali, que ya va para tres millones de habitantes en su área metropolitana aún no oficializada, pero igualmente se las relaciona con las capitales, o con las ciudades más importantes y educadas del mundo, lo que no es el caso de Cali. Sin embargo, el que no sea una urbe no debe implicar para nada el que se descuide tanto su urbanización, se desconozca tanto el urbanismo y la arquitectura, ni que sus habitantes carezcan de urbanidad, todo lo cual lleva a la pertinencia de su utopía como urbe futura para mejorar la ciudad actual retomando lo mejor de su pasado cuando era una pequeña villa colonial al lado de un río. Urbanización es la acción y efecto de urbanizar, y cuyo resultado final es un núcleo residencial supuestamente urbanizado; lo que no es el caso de Cali, en la que varios de sus sectores periféricos son loteos y construcciones ilegales o directame...

La nueva arquitectura. 27.08.2016

        Lo urgente de lo sostenible deberá lograr que la arquitectura de nuevo sea bella y eficiente como fue la edilicia de siempre en todas partes. Los nuevos profesionales, formados en las universidades deberán buscar que las técnicas apropiadas para una arquitectura sostenible los lleven a nuevas formas coherentes, en lugar de inventárselas caprichosamente como en la arquitectura espectáculo, o falsamente ecológicas como en mucha de la vendida como “verde”. Para principiar, lo construido debe durar mucho y ser fácilmente adaptable a nuevas distribuciones y usos, como también para su mantenimiento, remodelación a fondo, o el reciclaje final de sus materiales si es del caso. Y su construcción, uso y mantenimiento debe consumir el mínimo de agua y energía y generar el mínimo de contaminación, sobrantes, escombros y desperdicios. El ejemplo a seguir es desde luego la arquitectura tradicional, tan bien adaptada a su clima, paisaje y tradiciones, que hay qu...