Elegir unos pocos nuevos
congresistas buenos –que los hay- es apenas sumarlos, si son elegidos, a los
pocos que llevan allí años denunciando todo sin que pase nada. Por eso es mejor
votar en blanco pues queda una advertencia y la posibilidad de que el ex Magistrado
Jaime Araujo tenga razón y con la mayoría simple se repitan las elecciones con
otros candidatos <www.semana.com/nacion/articulo/jaime-araujo...el.../378066-3>.
Lo
equivocado es abstenerse y muchos llevan años haciéndolo para conveniencia de
los que han hecho de la política un negocio. Como afirma un editorial de El
País (02/03/2014): “Esa abstención que en principio puede considerarse como
sanción a las malas prácticas, es en realidad la manera de permitir que ellas
decidan los resultados. Por eso hay que ejercer el derecho a votar, [que es] la
manera en que el ciudadano expresa su respaldo a la democracia.”
Además,
como dice Álvaro Forero Tascón, “si la ola blanca es heredera de la ola verde,
estaremos ante un fenómeno recurrente y no simplemente ante una coyuntura [y]
tan no se trata de un fenómeno nuevo, que tiene muchos de los elementos de
rechazo al sistema político clientelista que interpretó Luis Carlos
Galán…”. Al contrario de lo que piensa Antonio
Caballero, el voto en blanco no es un embeleco que está tomando fuerza (Semana
03/03/2014) sino una alternativa a la abstención.
Y
el llamado a no votar que están haciendo algunos desde luego es una trampa para
que ganen los malos de siempre, y los que quieran aprovecharse de la ola blanca
retirando candidatos ahora para sacarlos después, como ha advertido Gardeazábal
(ADN, Bogotá | 12/11/2013) olvidan que serán los
electores los que escogerán entre los nuevos candidatos <http://www.semana.com/nacion/elecciones-2014/articulo/petro-se-apersonara-del-voto-en-blanco/379294-3.>.
Tampoco
faltarán los que a última hora se asusten con la posibilidad de que gane el
voto en blanco y votarán por uno bueno que lo más probable es que no salga,
pues al contrario de lo que dice Gloria Hurtado
(El País, 04/03/2014) lo ingenuo es pensar que el voto en blanco no es
real y que el que probablemente pierda sí lo es.
Si
los votos en blanco son la mayoría deberá repetirse por una sola vez la
votación. Para más información vea
. En elecciones
unipersonales no podrán presentarse los mismos candidatos, y en las de
Corporaciones Públicas no podrán hacerlo las listas que no hayan alcanzado el
umbral.
Si
los nuevos candidatos son igual de malos ya no podrá salir también de ellos
votando en blanco y le toca, ahora sí, abstenerse para al menos deslegitimar su
elección. Pero hay la posibilidad de que surjan mejores candidatos que
previamente no tenían ninguna opción, y desde luego la efectividad del voto en
blanco es a largo plazo.
No
es cierto, como afirma Carlos Mendoza, que el voto en blanco sea promovido con poca reflexión
política, que lucre a los mismos de siempre, que pretenda darles una lección
“moral”, o que cierre las puertas a nuevas fuerzas y liderazgos políticos <http://www.programalallave.com/opinion>. Y lo que no tiene discusión es que es mejor que no
votar.
Hablar de la elección de
presidente sin saber que pasa mañana con la elección de Senadores y
Representante, como lo hace Melba Escobar (El País, 05/03/2013) es ensillar
antes de traer las bestias pues hay que esperar a ver los gallos que se
destapan si gana el blanco, y el debate subsiguiente si llega a ser una
votación importante comparada con las muy bajas de las elecciones anteriores,
en las que la mayoría ha sido la abstención de los que no les importa que se
roben los impuestos.
Y
Jorge Orlando Melo se contradice (El Tiempo, 05/03/2014) cuando sostiene (con
razón) la importancia de los partidos grandes, que suman votos que
individualmente son casi nada, pero al tiempo se preocupa de que el voto en blanco
los favorezca, al sacar del paso a los pequeños, pues (dice también con razón)
que los grandes se han vuelto cada vez más peores, y como dice Edgar Victoria González, para eso
existen las alianzas ("Nota
ciudadana", Las 2 orillas 05/02/2014).
Precisamente
lo que se necesita es un tercer partido grande y el voto en blanco puede lograr
lo que los partidos pequeños no han podido: unir a los que estamos en contra de
la politiquería, la corrupción e ineficiencia de los congresistas actuales,
pues definitivamente una golondrina no hace verano y menos si no es la misma
pues los candidatos buenos no son los mismos para todos.
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