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Esquizofrenia urbana. 31.08.2013


   Algunos estudios sugieren que la genética, los defectos durante el neurodesarrollo, el entorno durante la infancia o algunos procesos psicológicos y sociales son factores importantes que pueden contribuir a la aparición de la esquizofrenia, enfermedad comúnmente relacionada con la locura. Ciertos medicamentos y el uso recreativo de drogas parecen causar o empeorar los síntomas. ¿Y el entorno urbano? Es evidente en las ciudades colombianas el conjunto de molestias y enfermedades originadas por la mala ventilación, la descompensación de las temperaturas, las cargas iónicas y electromagnéticas, las partículas en suspensión, los gases y vapores de origen químico y los aerosoles, entre otros agentes causales, conocidos como el síndrome del edificio enfermo. Y por supuesto muchos edificios “enfermos” conforman una ciudad”enferma”.
                                                                                                                                                                        En Cali las cifras de población que sufre de esquizofrenia, son más altas que el promedio mundial. Así lo señalan estudios del Ministerio de Protección Social y la Asociación Colombiana de Psiquiatría, que demuestran que, mientras en el planeta el promedio de es del 1% de población afectada, en Cali el nivel está entre 1,2% y el 1,5%. Carlos Miranda, psiquiatra de dicha Asociación, explica que, incluso a nivel mundial, esta patología reporta niveles bastante altos. “Las enfermedades normalmente se manejan en equivalentes de uno por diez mil o uno por cien mil. Para ésta es de uno por cien”, señala. Y agrega que en Colombia el promedio está entre el 1 y el 1,2%, pero que en regiones como el Valle y Bogotá llega hasta el 1,5%, y que aunque pareciera ser una diferencia mínima es bastante significativa (El País, 11/11/2011).
                                                                                                                                                                      “Esto puede estar relacionado con el estilo de vida. Es más fácil que la gente desarrolle la enfermedad en las ciudades, por el alto nivel de estrés y la competitividad”, indicó Miranda. Estrés sin duda causado en buena parte por el desorden, el ruido y la falta de belleza urbano arquitectónica de la ciudad, cada vez es más ostensible, como en los recientes escenarios deportivos. Es evidente la carencia de conocimiento y sensibilidad para identificar la belleza urbana, y muchos “ven” como bellos, despropósitos como la Plazoleta de la caleñidad o el “Bulevar” de latas con que se reemplazó la Avenida Colombia en lugar de recuperar su paseo original. Más “esquizofrénicamente” no se ve lo más hermoso de Cali: sus cerros, ríos y vegetación o los arreboles del cielo de muchas tardes; apenas, y menos mal, sus atractivas mujeres.
                                                                                                                                                                        Como dice la arquitecta venezolana Carla Urbina, se está abandonando cada día más la vida urbana en nuestras ciudades. Hay menos espacios para la vida pública lo que lleva a menos actividades físicas, mayor sedentarismo, menor tiempo dedicado a la recreación y por ende más estrés. Cada vez nuestras ciudades tienen menos actividades colectivas, y aprisionados en sus propias casas, muchos cierran calles o “conviven” en conjuntos cerrados, y hacen su vida social en centros comerciales, llevan a los niños a jugar en cajas de plástico en lugares de comida rápida, y evaden ver la cara a la persona que tienen enfrente, para “relacionarse” con sus amigos a través de una pantalla: “Estamos creando ciudades y ciudadanos enfermos” concluye Carla Urbina (Revista Mundo vegetal, 07/10/2010).

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