Los problemas actuales de Cali se originan, hace casi un siglo,
por su acelerado crecimiento, debido a la apertura del Canal de Panamá y el
consiguiente ferrocarril a Buenaventura, que facilitaron el comercio
internacional. El suelo urbano, privatizado desde la Independencia, se volvió
un negocio especulativo, y la ciudad se extendió innecesariamente y sin
planificación pues ninguno de los varios
planes que se hicieron resistió a los intereses privados. Además se
utilizaron tópicos del urbanismo y la arquitectura moderna de manera acrítica y
arbitraria, al tiempo que se rechazó el patrimonio construido buscando salir
del “atraso”.
Para impedir que la ciudad continúe creciendo desordenadamente,
hay que retomar el sistema de ciudades del valle del Río Cauca, trasladar la
capital del Departamento y la Brigada a Buga e instalar allí una planta de
producción de alcohol y un gran ingenio. Fortalecer
La Universidad Nacional y el CIAT en Palmira, en donde ya están
Manuelita, Providencia y Pichichí, y hacer una segunda planta de alcohol; y
algo similar en Santander de Quilichao. En Buenaventura, desarrollar su puerto,
trasladar allá la industria manufacturera de exportación, y aprovechar sus
posibilidades turísticas y de recreación. Y unir todas estas ciudades con
autopistas de verdad y ferrocarril.
Hay que rodear a Cali con un cinturón verde, solo permitir casas
aisladas en la parte alta del piedemonte, relocalizar a Aguablanca antes de que
ocurra una tragedia, y hacer embalses-parque en la parte baja de todos los ríos
que atraviesan la ciudad. Convertir el corredor férreo en la columna vertebral
de su transporte y tráfico y densificar en altura a ambos lados, y conectar la
Salida al mar con la Directa a Palmira. Hacer un gran parque regional en la
Base Aérea, conservando la Escuela, y en la antigua Licorera un gran centro de
eventos. Consolidar un sub centro en Ciudad Jardín, otro en la Plaza de toros,
en donde se haría un gran conjunto de vivienda en los lotes que hay al lado, y
otro en Chipichape
En el centro ampliado de la ciudad, incluyendo San Antonio, San
Nicolás, el Barrio Obrero, Alameda y el
colegio de Santa Librada, hacer grandes estacionamientos públicos debajo de la
Plaza de Caicedo, la de San Francisco y el Parque de los poetas, y otro en El
Calvario. Hacer otro gran conjunto de vivienda en el lote del Sena, hoteles
sobre la Avenida Colombia, que debe tener tráfico de carros y taxis, y
expropiar todos los lotes ociosos que hay para hacer más vivienda. Concentrar
el MIO en la 15, dejar solo dos carriles en todas las calles y ampliar y
arborizar los andenes.
Estas ideas o similares o complementarias, han sido propuestas por
diferentes personas y en distintas épocas, y lo novedoso sería que fueran
simultáneas y dentro de un plan integral para el Departamento y sus principales
ciudades. Generaría empleo, seguridad, eficiencia y calidad de vida, y se
podría financiar con lo que ahora se pierde con la corrupción, falta de
planificación e ineficacia. Pero por supuesto implicaría que el Gobernador
fuera reelegible y lo mismo los
alcaldes, incluyendo el del área metropolitana de Cali que debería nombra a los
de Yumbo y Jamundí, y que sobre todo fueran políticos cultos. Por eso
seguiremos dando palos de ciego.
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