Siguiendo el Plano Piloto, como se conoce el proyecto
original de Brasilia, la ciudad desciende levemente hacia el Lago Paranoá, la gran represa
artificial sobre la que el arquitecto Lucio Costa acomodó el proyecto ganador
del concurso para la nueva capital del Brasil, hace ya mas de medio siglo,
siguiendo, como él lo ha dicho, el gesto primario de quien marca un lugar con
dos ejes que se cruzan: el Eje Monumental y el eje rodoviario en cuyas dos alas
se suceden las llamadas supercuadras en las que esta la
vivienda, en edificios exentos y largo y de mediana altura, con diversos tipos
de apartamentos, contando en uno de sus extremos con locales comerciales.
A
lo largo del Eje Monumental están los muy conocidos edificios de Oscar Niemeyer
como el Teatro Nacional, la Catedral Metropolitana
Nossa Senhora Aparecida, los
Ministerios, el Congreso Nacional, el
Palácio do Planalto y el Supremo Tribunal Federal, que constituyen la Plaza de
los tres poderes, y cerca el Palácio Itamaraty,
donde funciona el Ministerio de Relaciones Exteriores, y más alejado el
Hotel Brasilia
Palace y en toda la punta de la península que
se adentra en el lago, el Palácio da Alvorada, la vivienda de los presidentes. Además de estos
edificios iniciales de Niemeyer, hoy están en la Explanada de los Ministerios
la Biblioteca Nacional y el Museo Nacional tambien de su autoria.
Al
otro extremo está el Palacio do Buruti, donde funciona hoy el Gobierno del
Distrito Federal, del arquitecto Nauro Esteves, y el Tribunal
de Contas, del arquitecto Cesar Barney, a los que se puede agregar la Embajada
de Colombia, en el sector de las embajadas, cerca al Eje Monumental, también de
este último. Y desde luego están los edificios de las primeras supercuadras
tambien del Niemeyer y su equipo de colaboradores en el que trabajaban los dos
arquitectos ya mencionados.
Todos
estos edificios son sin duda logrados ejemplos de esa arquitectura producto de
la adaptación en Brasil de la arquitectura de Le Corbusier, y que llevó a que
Brasília fuera declarada por la UNESCO en 1987 Patrimonio Cultural de la
Humanidad, siendo la única ciudad construida en el siglo XX que ha recibido
este honor. Todo a partir de la construcción en Rio de Janeiro, la anterior
capital del país, del Ministerio de Educación y Salud, con la participación del
maestro suisofrances y de los arquitectos Lucio Costa y Oscar Niemeyer, entre otros, como del magnífico
Museo de Arte Moderno de Alfonso
Eduardo Reidy.
Brasília, como antes Ajetatón,
hoy Tell el-Amarna, la ciudad a la que Akenatón traslado la capital de Egipto
en el siglo
XIV a. C., o Machu Picchu
construida a mediados del Siglo XV para la residencia de descanso de Pachacútec, primer emperador inca, o la San
Petersburgo de Pedro el
Grande, y la Washington que acordaron Thomas
Jefferson, James Madison y Alexander Hamilton, ambas del siglo XVIII, es una ciudad planificada.
Como lo fueron de cierta manera las cerca de trecientas ciudades que los
españoles fundaron a inicios del siglo XVI en el Nuevo Mundo.
Junto con Putrajaya, capital administrativa de Malasia, y Naypyidaw, la
nueva capital de Birmania, hoy Myanmar,
es una de las ciudades capitales de más reciente construcción en el
mundo, y con Chandigarh, en la India, diseñada en parte por Le Corbusier poco
antes que Brasília, prácticamente las
dos únicas ciudades importantes concebidas según los ideales del
urbanismo moderno, pues Canberra e Islamabad, además de más pequeñas no lo son
tan radicalmente. Los aciertos de Brasília son evidentes como su desafortunada
dependencia de los carros. En Brasil tambien fueron diseñadas Goiania y tambien
Belo Horizonte, en donde se inició la relación del Presidente Juscelino
Kubitschek (1956-1961), fundador de Brasília, y Niemeyer, cuando aquel fue
Alcalde de dicha ciudad.
Los aciertos de Brasília son evidentes, como las
supercuadras iniciales ya llenas de árboles y con amplias áreas verdes, la vida
cada vez más activa en el lago y sus riveras y la magnificencia de sus
edificios públicos. Sin embargo, su desafortunada dependencia de los carros
lleva a pensar que tendría que implementarse un completo sistema integrado de
transporte público, incluyendo líneas de metro que e podrían ir por la
superficie de los dos grandes ejes de la ciudad.
La
idea de hacer una nueva capital en el interior del Brasil fue del Marques de
Pombal, en 1716. Para 1789 fue retomada por partido radical de los
“Inconfidentes Mineros”, de Minais
Gerais y, en 1823, Jose Bonifacio le dio el nombre de Brasília. De ahí la
predicción del sacerdote y misionero salesiano, de Torino Italia, Don Giovanni
Bosco, en 1883, de que "habría una nueva civilización en el centro de Brasil, más precisamente en la
latitud 15 º ", y que los políticos de la época empezaran a estudiar el
cambio de la capital.
Para
1937 el proyecto fue incorporado a la Constitución Nacional y en 1947 se nombró
una comisión para determinar el sitio del Distrito Federal, la que solo fue
ratificada en 1953, el mismo año en que la compañía norteamericana de Donald J. Belcher & Associates fue
comisionada para especificar el lugar. Finalmente, Juscelino Kubitschek fue
nombrado Presidente en 1955 y de inmediato se hizo cargo de la realidad de
Brasília a partir del diseño del Plano Piloto de Lucio Costa, ganador del
concurso hecho con tal propósito.
En
el concurso se inscribieron 26 equipos, y el Segundo premio fue para la
propuesta de Ney Fontes Gonçalves, Boruch Milmann y João Enrique Rocha. El
Tercero para la de Rino Levi y la de MMM Roberto. El Quinto para las de
Henrique Ephin Mindlin y Giancarlo Palati; Carlos Cascaldi y João Villanova
Artigas; Mario Wagner Vieira da Cunha y Paulo de Camargo e Almeida; y la
empresa Construtécnica S. A. liderada por Milton Ghiraldini. El jurado fue compuesto
por Israel Pinheiro da Silva, Oscar Niemeyer, Paulo Antunes Ribeiro y Horta
Barbosa de Brasil, junto con Stamo Papadaki de Estados Unidos, André Sive de
Francia y William Holford del Reino Unido.
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