En todas las ciudades el mobiliario urbano incluye algunas pequeñas edificaciones, diversos objetos y unos pocos muebles, unos y otros ubicados en sus espacios urbanos públicos, y que se diferencian ya sea por su emplazamiento, función, construcción o forma. Mobiliario urbano que ayuda a caracterizar los sitios y lugares de las ciudades y por consiguiente a identificarlos, y en su conjunto a la ciudad toda, por lo que se los debe conservar o actualizar y no reemplazarlos caprichosamente, pues incluso pueden llegar a ser bienes de interés cultural, y no simplemente relegarlos a un museo de la ciudad.
El emplazamiento del mobiliario urbano es al aire libre, y por lo tanto siempre está expuesto a la intemperie, ya sea en una calle, una avenida, un paseo, un bulevar o un malecón, o en la periferia de una plaza mas no en su interior, a menos de que forme parte de un monumento, o igualmente en los senderos o zonas duras de un parque o una zona verde. Pero en cada uno de esos diversos sitios dicho emplazamiento depende además de su función especifica y del número de elementos a utilizar, los que además deben ser posibles de reubicar allí o trasladar a otra parte sin problemas cuando sea lo necesario.
La función del mobiliario urbano es la propia de las estaciones del transporte público o sus paradas; garitas de vigilancia, puestos de información y vallas; cabinas telefónicas y de recargas; depósitos de basuras y papeleras; buzones; bolardos, semáforos, señalización y barreras de tránsito; nomenclatura; postes de iluminación; hidrantes. O son para el descanso de los caminantes, o para que los paseantes disfruten de un paisaje, o para algunos juegos de niños como adultos; y entonces son principalmente bancas, con o sin espaldar según el tiempo en que serán usadas, pero no largas para que no se usen como camas, y mesas bajas.
La construcción del mobiliario urbano debe ser resistente a la intemperie, antivandalismo y según los esfuerzos que soportarán; y ser desmontables y trasladables, por lo que priman materiales como la piedra, el granito y el hormigón pero en volúmenes pequeños para que no pesen mucho, y los metales, algunas maderas o el vidrio blindado. Sus terminados deben ser en cada caso los más adecuados para darles mantenimiento oportunamente, pues se trata de evitar su pronto deterioro, y que sean resistentes al agua y al fuego, y con superficies no propensas al maltrato ni al desgaste.
Las formas del mobiliario urbano se deben a las dimensiones del cuerpo humano, hombres y mujeres y sus movimientos, y a las actividades y vestimentas de los habitantes de las ciudades según el clima imperante, y deben contemplar las diferencias entre niños, jóvenes, adultos y adultos mayores; y su diseño debe responder a su emplazamiento, función y construcción. Y deberían en lo posible compartir algunas formas y materiales relativos a cada sector de una ciudad o a toda ella, y no ser diseños totalmente independientes, pero desde luego sin comprometer lo que los debe identificar en cada caso particular.
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