En Cali la nomenclatura de los predios y las vías, y la señalización, demarcación y semaforización de estas, son cada vez mas caóticas, no se entienden o simplemente no se ven. En consecuencia las personas deben preguntar a los transeúntes para encontrar una dirección, los que a su vez a veces tienen que preguntarle a otros; los peatones cruzan las calles por donde puedan o quieran, y los conductores de carros, motos y bicicletas se pasan los semáforos en rojo, circulan a cualquier velocidad o en contravía, se detienen repentinamente, y paran y estacionan en donde les apetezca; y todo esto dificulta el control de la vías, ya muy limitado además, y fomenta la corrupción.
Las viejas placas en las esquinas con la nomenclatura de las dos vías que se cruzan (Calle o Carrera, y sus números correspondientes, destacando la vía sobre la que está la placa) han ido desapareciendo, o se ha trasladado a postes que invaden los andenes en lugar de utilizar los de los semáforos; o en estos están muy altas. Por su parte, las casas y edificios ya no tienen las placas tradicionales con sus números correspondientes, y en cada uno ponen esta información en donde quieran y como quieran sus propietarios, dándole más importancia a los nombres, y no que sean complementarios; y los lotes no tienen numero, dificultando la lectura secuencial de los de una vía.
La señalización vial es incompleta, obsoleta, contradictoria, confusa, oculta, difícil de leer o no existe, como es el caso de las de “Ceda el paso o “No pare”, mientras que la de “No estacione” poco se respeta, y se la denomina “Prohibido parquear” lo que habría que cambiar cuando se adopte la de “No pare” para que no generen confusión; y las que señalan límites de velocidad a veces están a distancias tan cortas que son imposibles de obedecer. Las viejas placas que en las esquinas señalaban el sentido de circulación de las vías también han ido desapareciendo, obligando a los conductores a detenerse para poder descubrir, mirando el flujo de vehículos, cual es su sentido. Y muchos semáforos no son fácilmente visibles, sus tiempos en amarillo son muy cortos, y no están sincronizados.
La demarcación no existe en la mayoría de las vías o se ha borrado, es incompleta, difícil de ver; o no está debidamente relacionada con la señalización respectiva en cada sitio. Los carriles no tienen continuidad, aumentan o disminuyen, cambian de ancho de un tramo al siguiente o incluso en el mismo tramo, y no suelen empatar al otro lado de un cruce. Muchas demarcaciones de “Pare”, “Paso peatonal” están mal ubicadas, y también las “cebras”; los espacios de estacionamiento no obedecen a un mismo diseño; y a veces es arbitrario el uso de elementos que se utilizan para reforzar la señalización y demarcación de las vías, como bolardos, reductores de velocidad, taches, o resaltos.
La importancia de una coherente información vial (nomenclatura, señalización, demarcación y semaforización) y que sea más sencilla, uniforme, integrada, pertinente, inequívoca, visible y legible, es evidente para agilizar la movilidad, evitar accidentes, y hacerla agradable; y también mejoraría la seguridad en la ciudad, a la que sin duda contribuye su desorganización actual. Pero al mismo tiempo habría que reglamentar a fondo la arborización y jardinería en las vías, incluyendo los antejardines, buscando que no oculten la información vial; y por supuesto también los avisos privados, propagandas, pasacalles, pendones y demás objetos que distraen, confunden o tapan dicha información vial.
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