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Ciudad y ciudadanos 05.03.2022

 

Los ciudadanos, naturales o vecinos de una ciudad, son miembros activos del Estado, titulares de derechos políticos y sometidos a sus leyes (DLE). Y si además son urbanitas acomodados a los usos y costumbres de la ciudad (DLE) deberán preocuparse por la suya y su región (política, economía, sociología, cultura y urbanismo) y actuar con responsabilidad en cada uno. Problemas que cada vez se comparten más con los de más de la mitad de los casi ocho mil millones de personas que viven en ciudades, y en Colombia cerca de tres cuartas partes, pero aquí poco conscientes de lo que significa.

En lo económico, o sea la organización y manejo de los recursos disponibles para satisfacer las necesidades y lograr un mayor bienestar, estar atento al buen manejo del erario, o sea de los recursos del Estado en sus diferentes niveles (al que contribuyen los ciudadanos con los diferentes impuestos que pagan), por parte de las autoridades respectivas. Y denunciar la corrupción a todos los niveles de la gestión de lo público, la que lleva a la utilización de las propuestas y de las obras públicas en provecho económico de sus gestores y no de las oportunas y correctas soluciones.

En lo social, o sea todo lo que tiene que ver con la educación, la vivienda y la salud suministradas  por el Estado, o sea públicas, vigilar su correcta planificación, realización, uso y control, y lo mismo con las suministradas por la empresa privada ya que igualmente afectan lo público: las ciudades. Entender que ciudad, ciudadanos y civismo conforman un todo que incluye lo físico, las actividades, los servicios, el comportamiento y la cultura, aspectos que interactúan y se complementan a corto y largo plazo: a lo largo del día, de la semana, del mes, del año y de los años por venir.

En lo cultural, o sea lo que tiene que ver con el ser humano (valores, creencias, ideologías, tradiciones, costumbres, usos, objetos, monumentos, vestimentas y comidas) reconocer los propios y respetar los de los otros, o sea convivir civilizadamente en la ciudad, la que su buen manejo los interrelaciona prudentemente, identificando y respetando sus sectores más característicos, para el beneficio de todos sus diferentes ciudadanos y visitantes. Buen manejo político que implica los conocimientos necesarios que permitan entender las ciudades y sus ciudadanos.

En lo urbano, o sea lo que tiene que ve con la ciudad en tanto que artefacto construido, cumplir con las normativas al respecto del espacio urbano público (andenes y calzadas de las calles, avenidas y vías, y las plazas, parques y zonas verdes) como igualmente las de los espacios urbanos privados que generan los edificios, y estos mismos, o sea, no hacer en ellos lo que venga en gana a cada propietario o usuario. Y desde luego proteger los paisajes agropecuarios o naturales que rodean y caracterizan a cada ciudad, junto con sus corrientes de agua, ríos, lagos, playas y biodiversidad.

En lo político, o sea el gobierno y la organización de la sociedad (DLE), empeñarse en participar en las elecciones, así sea votando en blanco, y no abstenerse irresponsablemente; y para hacerlo, evaluar las propuestas de los candidatos respectivos a cada nivel sobre los aspectos ya planteados, como también valorar la capacidad, formación y experiencia de cada uno para sacarlas adelante. Propuestas que se ofrecen para resolver problemas y que por lo tanto hay que primero identificarlos y analizarlos sin preconceptos para poder valorar las propuestas respectivas.

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