Como oportunamente se recuerda en la introducción,
pues muchos lectores no son conscientes de ello, “esta región debido a sus condiciones
de clima diferenciado y distintos pisos térmicos, ha hecho posible el
cultivo de plantas ornamentales tropicales oriundas de prácticamente toda
la zona tropical del globo, y aun muchas de climas templados que han
encontrado en esta zona geográfica un hábitat propio para su desarrollo.
De esta forma la utilización de las especies descritas abarca en América
desde la zona sur de los EE.UU. hasta el norte de la argentina, y por lo
tanto el libro tiene aplicaciones en toda esta área cuya inmensa mayoría
está compuesta por países de habla hispana.”
Y por supuesto en Cali se está en mora de aplicar masivamente sus muchas recomendaciones, planificándolas en su espacio urbano actual creando una fachada verde punteada por diversos colores que oculte en parte su caótica arquitectura y de sombra a muchos andenes continuos, anchos, llanos, sin obstáculos ni tropezaderos que mucho podrían ayudar a que moverse por la ciudad y su área metropolitana fuera mucho más agradable para todos sus habitantes, y fomentar en ellos el que se identifiquen con su ciudad, tal como se ha propuesto en el nuevo eje urbano y regional para Cali a lo largo del actual corredor férreo, el que incluiría la alameda más larga, alta y colorida del mundo.
Además, varias calles y avenidas de Cali, más amplias
y significativas, y en las que su carácter lúdico es primordial,
podrían pasar a ser verdaderas alamedas si se las acompañara de
largas filas de grandes árboles; y además las transversales a la
larguísima alameda del nuevo eje propuesto serían como sus ramales.
Mientras que en el otro extremo, en lugar de poner árboles de navidad de
mentiras en las casas, sembrar muchos de verdad en los parques y zonas
verdes, pero saber cuáles, cómo y dónde para no causar problemas después,
como indica el profesor Carlos Botero (Parábola del
higuerón (Caliescribe.com 14/10/2017), en otras palabras, estudiando el
libro de Lyda Caldas.
Hace medio siglo que señaló que: “Cabría preguntar si alguna
vez nuestras ciudades han calculado lo que representan para su
economía las reparaciones de calles, andenes y redes de servicios, debido
a [la] mala escogencia de especies ornamentales para sus calles
y avenidas. Lo mismo podríamos decir no solo de las instituciones
sino del público en general.” Y considerando el que erradamente
“los elementos más desconocidos de la flora son aquellos que más se usan
en la adecuación del espacio urbano” el estudio de ésta constituye
la primera parte de su pertinente libro, y justo por eso su divulgación a todo
nivel debería ser parte de un programa de gobierno al respecto.
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