Para una mejor ciudad-región, además de mejorar su seguridad y la movilidad en ella, es preciso dividirla, reglamentar el uso de los primeros pisos y limitar la altura de los edificios en razón de la responsabilidad pública de la propiedad privada, y aumentar los parques de barrio y la arborización de los andenes, lo que además ayudaría frente al cambio climático. Son aspectos que se repiten en muchos barrios de las más bellas, agradables y funcionales ciudades del mundo y que caracterizan algunos de los mejores espacios urbanos que hay en Cali en medio de su caos de fachadas caprichosas, feas culatas, postes, cables, antenas, vallas de propaganda, y “torres” que tapan las vistas.
Hay que insistir en dividir a Cali en varias “ciudades dentro de la ciudad” alrededor de “centralidades peatonales” y base de conformar “supermanzanas” con solo tránsito local, estimulando y reglamentando con dicho propósito los sectores que espontáneamente se han ido formando en ese sentido, como Centenario o San Fernando, y otros más tanto al norte como al sur y el oriente, unidas por un nuevo eje urbano y regional, que ya ha sido propuesto, y además agregar otras que serían “ciudades fuera de la ciudad” pero dentro del área metropolitana, como ya lo son Yumbo y Jamundí. Principiando por consolidar el Centro Ampliado y en el Centro Histórico incluyendo a San Antonio,
Reglamentar el uso de los primeros pisos de todas las construcciones es fundamental para procurar la seguridad, eficiencia, comodidad y animación de las calles, no permitiendo viviendas en ellos a menos de que se cuente con un amplio antejardín, y que sean destinados a los accesos, peatonales y para vehículos, y para locales comerciales en las esquinas y a lo largo de las calles más importantes, generando actividad en ellas; y, como complemento, para los espacios de uso común de los edificios, como sitios de reunión, estudio, trabajo o recreación. Hay que entender en las ciudades que los primeros pisos son tanto parte del espacio público como del privado de las casas y edificios
Limitar la altura de las nuevas construcciones –más codiciosa que inteligente como negocio- a partir de la de los vecinos, reduciría el impacto negativo que su mucha diferencia tiene sobre las calles, tanto en su movilidad como con el de sus feas culatas y molestas servidumbres; y además mantener el paramento predominante en cada cuadra. No permitir edificios de más de un piso que de las casas medianeras; o exigir amplios aislamientos verdes por todos sus costados permitiendo entonces entre cinco y siete, o entre ocho y once a lo largo de las vías más importantes, como el nuevo eje urbano y regional ya propuesto entre Yumbo y Jamundí a lo largo del actual corredor férreo.
Aumentar y arborizar más los parques de barrio es prioritario en Cali, como igualmente lograr que la Base Aérea se convierta en un gran Parque Metropolitano con el gran lago que tanta falta le hace a Cali y que recuerde los humedales del río Cauca, conservando por supuesto la escuela de aviación de la Fuerza Aérea Colombiana, ya que bastaría con sacar los aviones y helicópteros de combate al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, como hace años se ha hecho en Bogotá o Barranquilla. Parques unidos por andenes debidamente arborizados que faciliten un mejor medio ambiente a la biodiversidad y la protección de la fauna silvestre de la región, y ante el cambio climático.
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