En
este tradicional barrio de Cali, hoy invadido por los carros, se podría
implementar una variación de las calles sin salida que se van a crear en
Barcelona (ver, Supermanzanas, El País, 15/02/20202) y que aquí
consistiría en eliminar el paso permanente de automóviles y motos en las
dos calles en cruz que unen cuatro manzanas, permitiendo sólo el de
bicicletas y por supuesto el de peatones, dejando la actual circulación en
las calles de uso solamente local, en un solo sentido pero girando a la derecha
o a la izquierda en el encuentro con la otra calle, según cada caso.
Además de disminuir el ruido del tránsito vehicular y controlar más la
seguridad con la ayuda de sus vecinos, se podrían ampliar los andenes.
Dejando
un solo carril ancho, para circular y parar momentáneamente, se podría
eliminar el estacionamiento de carros en la mayoría de las calles de San
Antonio y ampliar los andenes, aunque en algunas pocas más anchas, como la
Cr. 5ª, se podría mantener; y al tiempo gestionar el uso como parqueaderos
públicos de los grandes lotes que existen al lado o muy cerca de las
principales vías que rodean el barrio, como son la Cl. 5ª y la Cr. 4ª,
aplicando el impuesto a la plusvalía (Ley 388 de 1997) y en la Cl. 2ª se
podría construir uno debajo de la zona peatonal que existe en la parte
baja de la Colina de San Antonio. Y lo mismo habría que hacer en
el adyacente barrio de San Cayetano y más allá en Libertadores.
Esos
cruces claramente serían a lo largo de la Cl. 3ª en sus cruces con la Cr.
12A, Cr. 10, y la Cr. 6ª a la que se le daría más importancia peatonal ya
que comunica con la plaza de San Francisco pasando por encima de la Cl. 5ª
si esta se hunde entre la Av. Colombia y la Cr. 10. Esas doce manzanas
agrupadas en tres súpermanzanas, más la ampliación de los andenes y los
nuevos parqueaderos públicos, serían definitivos para la puesta en valor,
culturalmente, de este patrimonio urbano y arquitectónico de Cali, con
mínimos recursos, y no dejarlo banalizar como sucede ahora y ya paso con
La Merced en donde se permitió o tolero la demolición de muchas de sus
casas para hacer parqueaderos que ni siquiera cumplen las normas.
Sería un muy económico y acertado
objetivo de cara al cambio climático y a la calidad de vida en la ciudad,
que hay que “impulsar con prudencia pero también con firmeza”, como lo
consideran en Barcelona con respecto a sus supermanzanas, ya que en
Cali la ignorancia de lo que es una verdadera ciudad y en ella un
verdadero barrio, y su contribución al cambio climático, lleva a no entender casi
ninguna iniciativa como pasó con los separadores y antes con los pasos
pompeyanos, pues otra cosa bien diferente es pedir que se hagan bien,
tanto los proyectos como las obras, como (in) justamente pasó con todas
las promesas de la administración anterior, que ni siquiera se quedaron
sin terminar pues simplemente no se concretaron.
Se trata de retroceder para avanzar con
pequeñas inversiones (Caliescribe.com, 08/02/20202) ya que en Cali se
ampliaron las calzadas de las calles a costa de los andenes; pero ya
entrado el siglo XXI lo que demanda una ciudad en la que cada vez hay mas
gente caminando y en bicicleta, y buscando una mejor calidad de vida y
menor contaminación del aire y su contribución al cambio climático, es
que hay que tener cada vez menos grandes carros a base de gasolina
y circulando con un solo ocupante, restringiendo su acceso
permanente a ciertos sectores, como el Centro, siguiendo el buen ejemplo
de cada vez mas ciudades en Europa, o en barrios tradicionales como lo es
San Antonio.
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