Un proyecto general para los andenes de avenidas, vías principales y locales, debería ser parte del plan vial, igual que este debe ser paralelo a uno de usos del suelo y densidades, conformando un verdadero plan de ordenamiento territorial, POT, a largo plazo, no como ahora que cada cuatro años todo se cambia o se comienza de nuevo o se abandona. Considerando que los carros y los peatones son los mismos en todo el mundo, o casi, a continuación se plantean unas sugerencias.
Los andenes deben ser continuos, y su ancho depende de la importancia de la vía y no apenas del número de peatones, y el mínimo debe ser suficiente para que se crucen cómodamente dos personas; el material aconsejable es hormigón armado, dilatado frente a cada predio de acuerdo con sus entradas, para facilitar su reparación, y su terminado debe ser un ligero abujardado para que sean antideslizantes; y cuando sean ineludibles los escalones, deben ser de poca altura y suficiente ancho.
Los sardineles deben ser paralelos a la calzada y bajos, no como muchos en Cali, para que constituyan un paso cómodo, y con su cara hacia la calzada inclinada un poco; y de hormigón armado de alta resistencia. En ciertos sitios de uso exclusivo en los que se bajan y suben maletas, como en los hoteles, el sardinel debe estar al mismo nivel de la calzada, al igual que el andén mismo, separados por bolardos delgados y altos; y desde luego lo mismo en los pasos pompeyanos en las esquinas.
Los vados (rampa para subir un carro al andén) deben ocupar solo el ancho del sardinel respectivo, y en los casos en que deban ser más anchos, que sea el mínimo requerido para no alterar el andén. Y, por su parte, los accesos a garajes y estacionamientos, ya sea mediante una rampa o a nivel, deben contar con un área horizontal suficientemente larga para que los carros puedan detenerse antes de cruzar el andén y así respetar el paso de los peatones, o para recoger o dejar a sus ocupantes.
La arborización de los andenes constituye en las calles una primera fachada urbana por lo que debe ser regular dependiendo de cada sitio y lugar, la que además depara sombra sobre ellos, bienvenida en climas calientes o templados, y sus alcorques (espacio para el árbol) pueden ser cuadrados o redondos pero siempre a nivel del andén, y su superficie depende de la importancia del andén y del árbol, pudiendo ser de tierra, piedras, grava, o adoquines ecológicos o ladrillos huecos.
Las ciclovías en las vías de doble calzada deben ser de doble sentido y a nivel del andén, separadas por las filas de árboles y bolardos, por lo que se requieren andenes más anchos. En las calles con menor tránsito pueden estar en la calzada separadas de los vehículos por taches, y las calles locales basta con demarcarlas en su calzada a un solo lado, el derecho en el sentido de su circulación, y por lo tanto deben ser usadas en los dos sentidos, y cuando se cruzan dos ciclistas usando parte de la calzada.
En Cali urge cambiar la ideología al respecto del uso de la vías de una ciudad, mediante más educación cívica, pero igual urbano arquitectónica para que todos entiendan que las calles son la ciudad y que por tanto las fachadas urbanas y sus andenes juegan un papel primordial, que debe ser considerado cuando se habla de movilidad y de seguridad, pero también de funcionalidad, confort, y de la imagen colectiva que permite que todos se identifiquen con la ciudad mejorando su convivencia.
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