Ir al contenido principal

Las calles. 06.06.2020

     Sin carros, gente, ruidos, olores (ni siquiera los que anuncian ricos sabores) se ve que las calles están determinadas por sus calzadas y sus andenes, el paramento y altura de sus construcciones, la proporción de llenos y vanos de las fachadas, si estas son verticales u horizontales, y por sus colores y tonos. Que los vecindarios están definidos por calles similares, que varios conforman un barrio que cuenta con una o mas calles principales de acceso, en las que se dan otros usos. Que varios barrios forman un sector con respecto al centro de la ciudad o a su entorno natural, y que presentan imágenes características. Que la belleza de las ciudades implica la de sus calles, avenidas, plazas y parques.

    Es básico entender qué es un espacio urbano de uso público, cómo comportarse en él y cómo controlarlo. “Las ciudades deben su forma a sus calles y carreteras [vías], sus rasgos físicos y su topografía” dice Deyan Sudjic (El lenguaje de las ciudades, 2017, p. 90). Y, criticando a Brasilia, señala que: “Peor aún que tener pocas calles, lo que no tiene son esquinas de calles, y por tanto no existe ese encuentro al azar que procede del cruce de una calle con otra” (p. 89). De ahí el error de los puentes, y no pasos subterráneos, cuando los automóviles desplazaron a los transeúntes en el espacio urbano público a inicios del siglo XX, y de realizar vías sin andenes apropiados o incluso sin ellos.

   “Las calles son los medios que nos proporcionan un lugar para compartir la vida ciudadana, para experimentar la cultura de la congestión [y] por los cuales las ciudades crecen y florecen, pero que también pueden hacer que enfermen y mueran, si su vitalidad se ve amenazada pues son producto de una mezcla de arquitectura y economía, de visión y de codicia, de infraestructura y moda [y] reflejan las raíces y las historias de las ciudades” (p. 86) “pero la calle tradicional está amenazada ahora por la crudeza del consumismo basado en el centro comercial, la venta por internet y el coche convencional.” (p. 88). Asuntos que poco comprenden los que aún carecen de cultura urbana pues muchos son muy recientes en ellas.

    “Estamos condicionados, a menudo equivocadamente, para interpretar que los edificios más sofisticados e imponentes son más importantes que aquellos que son más sencillos y austeros [y no] comprendemos el diseño formal de las calles, del cual la simetría es la característica más obvia, como un reflejo de los espacios que aspiran a cualidades cívicas” (p. 90).  Antes el “diseño” de una calle era continuar una vieja tradición con construcciones artesanales, pero ahora depende de edificios diseñados por arquitectos, para muchos de los cuales, ignorantes o sin ética profesional, no son el resultado de sumar su proyecto a otros.

   “Una ciudad necesita una forma de organización que permita a sus ciudadanos la máxima libertad para hacer lo que quieran, sin impactar negativamente en otros […] una fuerza policial a la que se pueda recurrir [y] un sistema educativo que funcione y que esté abierto a todos,” (p. 174) por supuesto en el espacio urbano público pero igualmente es válido para los edificios que conforman calles, avenidas, plazas y parques. “Las formas de gobierno tienen un impacto directo en el funcionamiento de las ciudades, e incluso en su aspecto” (p. 175) y además todos sus usos e imágenes están muy interrelacionados y siempre en los dos sentidos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El (des) Gobierno Municipal. 21.05.2016

         El desordenado proceso del control del patrimonio construido en la ciudad, y en realidad de todo lo que se construye o destruye en Cali, lamentablemente suena a la vieja canción: songo le dio a borondongo, borondongo le dio a bernabé, bernabé le pego a muchilanga, le hechó a burundanga y le hincha los pies. Es el futuro cantado de San Antonio, el triste pasado del Centro de Cali, el escandaloso caso allí del Hotel Aristi, y el sainete del Colegio de La Sagrada Familia, frente al parque del barrio El Peñón.                                                                                                                                 ...

Soñar Políticas para la Polis. 07.12.2013

   El descontrolado incremento demográfico mundial lleva   cada vez más gente a vivir en las ciudades. Y su rapidez aquí, un buen negocio para empresarios, terratenientes y contratistas, significó más delincuencia y   accidentes de tránsito, la demolición del patrimonio cultural (memoria colectiva) y   la construcción de edificios espectáculo (que no espectaculares) e inseguros, y el despilfarro de energía y agua potable. Es el caso de los tres millones de Cali, que nadie quiere contar.                                                                                 ...

La nueva arquitectura. 27.08.2016

        Lo urgente de lo sostenible deberá lograr que la arquitectura de nuevo sea bella y eficiente como fue la edilicia de siempre en todas partes. Los nuevos profesionales, formados en las universidades deberán buscar que las técnicas apropiadas para una arquitectura sostenible los lleven a nuevas formas coherentes, en lugar de inventárselas caprichosamente como en la arquitectura espectáculo, o falsamente ecológicas como en mucha de la vendida como “verde”. Para principiar, lo construido debe durar mucho y ser fácilmente adaptable a nuevas distribuciones y usos, como también para su mantenimiento, remodelación a fondo, o el reciclaje final de sus materiales si es del caso. Y su construcción, uso y mantenimiento debe consumir el mínimo de agua y energía y generar el mínimo de contaminación, sobrantes, escombros y desperdicios. El ejemplo a seguir es desde luego la arquitectura tradicional, tan bien adaptada a su clima, paisaje y tradiciones, que hay qu...