Con respecto a la abundante pero imprecisa y dispersa información suministrada en estos días, es mucho lo dicho o hecho fuera de razón, de sentido o de conveniencia (como el DEL define despropósito), principalmente con respecto a los datos que se suministran y como se interpretan, las medidas que se anuncian y se toman o no, los comportamientos con los que la gente responde a esos datos y medidas, y las prioridades tanto del gobierno como de la sociedad y las personas, en las que todos, funcionarios, políticos y ciudadanos, deben participar consciente pero al tiempo ágilmente. Por ejemplo y entre muchos otros:
Datos equívocos: como dar un promedio para Estados Unidos incluyendo Alaska, o para Brasil sin considerar las diferencias en todo sentido entre su parte norte y la sur; o como comparar los datos sobre Bogotá con los de los departamentos y no con las otras ciudades grandes, o en Cali no mencionar las diferencias entre el distrito de Aguablanca y el Centro, Sur y Norte de la ciudad; o como usar la palabra “casos” para referirse tanto a contagios como a muertes; o dar muchos datos sobre un caso y ninguno del otro con el que se lo compara. Es como si se ignorara que dato es una información sobre algo concreto que permite su conocimiento exacto o sirve para deducir las consecuencias derivadas de un hecho (DLE).
Medidas contradictorias: como mantener el Pico y Placa una vez establecido el Pico y Cédula; o como la del Pico y Género, más controlable pero más aburridora; o como dejar los semáforos funcionando y no en amarillo intermitente; o medidas a medias como sugerir que se use la mascarilla por parte de los que (creen) que presentan síntomas en lugar de ser obligatoria para todos en todos los espacios públicos; o como hacer respetar las distancias marcadas antes de las cajas de los supermercados pero no después de pasar por ellas; y están las medidas que no se han tomado, como la de que se camine por la derecha para no encontrarse con los que circulan en dirección opuesta.
Comportamientos antisociales: como los debidos a la ignorancia, el individualismo o el atropello; es el mal ejemplo de los que no usan la mascarilla como se debe o no guardan las distancias pues ignoran su importancia para todos; o aquellos a los que solo les importan sus prioridades; y no faltan los atarbanes, ya sea debido a su ignorancia, su egoísmo, sus apremios o su pura atarbanería incluso delincuencial. Comportamientos todos estos debidos a que muchos habitantes de las grandes ciudades que no eran urbanitas antes, es decir personas que viven acomodadas a los usos y costumbres de las ciudades (DLE), y que de pronto les toca cambiar, pero puede que después lo sean más.
Prioridades que se evaporaran: como lo denuncio Manuel Rodríguez Becerra en días pasados con respecto al cambio climático, al aplazarse las reuniones y medidas al respecto, y hasta Greta desapareció; o como no entender que la salud no puede hacer olvidar la economía ni tampoco lo contrario; que lo indicado es aislar grupos pequeños de personas y no sólo familias, y el encierro total y obligatorio de los mayores es inicuo. En conclusión, pensar no apenas en el presente de la pandemia sino en el pasado que la facilitó, y para el futuro en los datos, medidas, comportamientos y prioridades que se deberán tomar de inmediato una vez pase.
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