Para vivir en Cali hágalo
en un lugar del piedemonte de la cordillera mas no muy arriba, es más fresco,
menos ruidoso y puede tener bellas vistas al valle del rio Cauca como a los
Farallones, las Tres Cruces y Cristo Rey. Y preferiblemente en una casa con
patios interiores desde los que pueda olvidar la ciudad y solo ver el cielo, la
luna y las pocas estrellas que aún se pueden ver. Si le toca vivir en un
apartamento, que sea en un edificio pequeño y no más arriba de un quinto piso.
Y si no quiere vivir en la ciudad váyase al sur, a Jamundí y alrededores pero
tampoco vivirá en el campo. Recuerde que como lo ha dicho el arquitecto Manuel
Lago hace años, para vivir en Cali hay que estarse yendo.
Para manejar aquí mire
bien pues muchos semáforos están escondidos o dañados o alguien se los pasa en
rojo. En los pares pare encima para poder ver los carros y motos que vienen, y
mire a los dos lados por si viene alguno en contravía. Para saber si puede
entrar a una calle no se fie de las señales pues con frecuencia son
contradictorias, y mejor mire cómo van los carros. No se acerque al de adelante
pues puede detenerse de improviso y puede chocarlo, pero tampoco deje mucho
espacio pues alguien se le meterá a la brava. Al tiempo que las direccionales
saque la mano, y no se fie de las señales de los otros y menos de la mano de
los motociclistas que puede terminar en un arma.
Camine por las calzadas
pues en casi todas partes son más seguras que los andenes, si los hay, pero ojo
con los carros pues en Cali “carro mata peatón”. No se acerque mucho a los que
caminan adelante pues pueden parar en seco o devolverse. Procure caminar
evadiendo a los otros pues todos caminan como si fueran los únicos que lo
hacen. Cruce antes de las esquinas pues estas suelen estar ocupadas por
vendedores. Hágale caso al Alcalde y no de papaya hablando por el celular, ni
llevando joyas ni relojes vistosos. Siempre que pueda vaya en carro y mejor que
alguien lo lleve, amigo, taxi o Uber, pues en el MIO no llega, para no tener
que dejar su carro tirado encima de un andén.
A las mujeres no es
necesario decirles cómo vestir ya que visten como toca en este cálido clima, es
decir, casi sin nada. Pero si a los hombres: que usen camisas, preferiblemente
blancas y, si quieren estar más formales, una guayabera; pero no chaqueta y
menos corbata pues se ven sospechosos de no ser lo que aparentan, sobre todo
cuando la cuelgan en el espaldar del asiento; o que en el fondo no quieren que
se sepa que son caleños y que viven aquí. Pero unas y otros no deben olvidar
llevar algo para abrigarse cuando vayan a cine y demás sitios donde creen que
es “in” poner a “full” el aire acondicionado. En fin, no olvidar que el que de
amarillo se viste a su belleza se atiene.
Para comer bien mejor
evite los restaurantes de moda, especialmente si tienen aire acondicionado y
música, y huya de los que tienen televisor sobre todo si están pasando un
partido de balompié. No pida el vino más barato pues le contestaran que se
agotó, y busque el más económico de los caros y evite los carísimos pues son de
nuevos ricos; los vinos de su preferencia, si es que la tiene, tómeselos en su
casa. Cuando le digan que allí no “manejan” tal cosa” no vuelva y repita los
restaurantes donde lo saludan con su nombre y “manejan” lo que a usted le
gusta, y en donde, si hay música, es en vivo.
Lo mejor es ir al D’Lirius en la Habana, pues recuerde que para vivir en
Cali hay que estarse yendo.
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