Ir al contenido principal

“Pecas”. 24.02.2018


         En casi todas las calles de Cali hay que agregar a sus usuales muelas y culatas sus muchas “pecas”; son esas manchas de colores, a veces con letreros, que suelen aparecer en las fachadas y que aumentan por efecto de la luz mostrando su deterioro y que por la noche asustan. “Grafitis” las llaman, o incluso murales, pero cuya pertinencia y calidad no se discute, como si fuesen obras de arte obligatorio, pese a estar en lugares públicos cuya neutralidad estética hay que respetar, pues estos también son usados por los otros habitantes de la ciudad, y no se debería pecar contra ellos llenándolos de verdaderos lunares urbanos…y cívicos, de graves consecuencias sociales y económicas.

Abundan igual esos colores chillones de moda con los que algunos quieren llamar la atención de los otros, especialmente los restaurantes malos (los buenos se recuerdan por su atención, buen gusto y comida), pintarrajeando “sus” fachadas, igual que modifican caprichosamente “sus” andenes, como si sólo fueran suyos y no igualmente parte del espacio urbano público, es decir de todos. Y los que se continúan viendo en San Antonio pese a ya estar prohibidos, y a los que hay que sumar los enchapes pese a que igualmente están prohibidos. Sin embargo, los interiores de sus casas o locales no difieren mucho de los de sus vecinos; puro individualismo y apariencia; pura “fachada”, cabría decir.

Desde luego hay que sumar a las muelas, culatas y toda clase de “pecas”, los postes de toda clase, las marañas de cables entre ellos, y las señales de tránsito mal puestas o contradictorias, “pecas” también todos ellos, que llenan los estrechos andenes de la gran mayoría de las calles, junto con los avisos comerciales desmesurados. Además están las fachadas sin concluir, los edificios abandonados, o en franco deterioro, o con sus fachadas llenas de aparatos de aire acondicionado y antenas de televisión, con sus balcones, cuando los tienen, cerrados con vidrio, y si tienen terrazas, muchas están mal cubiertas con cualquier cosa.

Ni que decir de las enormes y amenazantes vallas aéreas, además casi todas con propaganda engañosa o casi, que invaden un cielo en el que ya rara vez se pueden ver en la noche las estrellas, si es que todavía hay quienes disfrutan con mirarlas junto con la luna y los amaneceres y los bellos colores del atardecer. Supuestamente esta vallas se van a reglamentar mejor en el espacio urbano público de Cali, pero lo indicado sería prohibirlas definitivamente y por no pocas razones, y en lo que hay que insistir así sea repitiéndolo tantas veces como sea necesario; justamente lo que hace la propaganda para que la gente consuma más.

Todas estos “pecadas” y “pecaditos” contra la ciudad son inconvenientes, contagiosos y malignos; son “pecas” invasoras de la neutralidad que merece una obra de arte colectiva, en la que sólo se deben destacar sus monumentos, sus plazas, plazuelas y parques, y sus diversos paisajes naturales en los que está ubicada. Al punto que por evitarlos en Cali hay que mirar siempre al suelo y por eso muchos no se percaten de las fachadas urbanas de las calles; y desde luego en carro no se puede ver nada diferente a los motos, carros, taxis buses y peatones que se disputan las vías infringiendo todas las normas, señales y demarcaciones a mas que muchas son incumplibles.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El (des) Gobierno Municipal. 21.05.2016

         El desordenado proceso del control del patrimonio construido en la ciudad, y en realidad de todo lo que se construye o destruye en Cali, lamentablemente suena a la vieja canción: songo le dio a borondongo, borondongo le dio a bernabé, bernabé le pego a muchilanga, le hechó a burundanga y le hincha los pies. Es el futuro cantado de San Antonio, el triste pasado del Centro de Cali, el escandaloso caso allí del Hotel Aristi, y el sainete del Colegio de La Sagrada Familia, frente al parque del barrio El Peñón.                                                                                                                                 ...

Soñar Políticas para la Polis. 07.12.2013

   El descontrolado incremento demográfico mundial lleva   cada vez más gente a vivir en las ciudades. Y su rapidez aquí, un buen negocio para empresarios, terratenientes y contratistas, significó más delincuencia y   accidentes de tránsito, la demolición del patrimonio cultural (memoria colectiva) y   la construcción de edificios espectáculo (que no espectaculares) e inseguros, y el despilfarro de energía y agua potable. Es el caso de los tres millones de Cali, que nadie quiere contar.                                                                                 ...

La nueva arquitectura. 27.08.2016

        Lo urgente de lo sostenible deberá lograr que la arquitectura de nuevo sea bella y eficiente como fue la edilicia de siempre en todas partes. Los nuevos profesionales, formados en las universidades deberán buscar que las técnicas apropiadas para una arquitectura sostenible los lleven a nuevas formas coherentes, en lugar de inventárselas caprichosamente como en la arquitectura espectáculo, o falsamente ecológicas como en mucha de la vendida como “verde”. Para principiar, lo construido debe durar mucho y ser fácilmente adaptable a nuevas distribuciones y usos, como también para su mantenimiento, remodelación a fondo, o el reciclaje final de sus materiales si es del caso. Y su construcción, uso y mantenimiento debe consumir el mínimo de agua y energía y generar el mínimo de contaminación, sobrantes, escombros y desperdicios. El ejemplo a seguir es desde luego la arquitectura tradicional, tan bien adaptada a su clima, paisaje y tradiciones, que hay qu...