Profesores temporales, sobrecarga de
trabajo, salarios bajos, poca participación en las decisiones, aumento de
puestos administrativos y burocráticos, autoritarismo y exclusión, jóvenes
sometidos a la presión de los créditos y las deudas, cursos superfluos, precios
cada vez altos, estudiantes que toman apuntes para recitarlos en la evaluación.
“Todo esto sucede cuando las universidades se convierten en empresas […] cuando
el neoliberalismo ha ido tomando por asalto cada una de las dimensiones de la
vida”, dice Noam Chomsky (Educación 13/03/2014/12:40
pm).
La contratación temporal o por hora
cátedra de los profesores es la misma lógica que rige el mundo de los negocios.
Aquellas universidades que avanzan por la vía empresarial, no hacen sino
imponer la precariedad académica como único destino posible de la educación.
“Cómo se afecta la calidad cuando los profesores no tienen estabilidad laboral:
se convierten en trabajadores temporales, sobrecargados de tareas, con salarios
baratos, sometidos a las burocracias administrativas y a los eternos concursos
para conseguir una plaza permanente”, señala Chomsky.
“Los
puestos administrativos y burocráticos en exceso son una suerte de despilfarro
económico”. Actualmente existe un acelerado aumento de
puestos administrativos y burocráticos dentro de las instituciones de educación
superior, una política bastante similar a la de la industria privada. “Los
decanos, por ejemplo, se han convertido en todos unos burócratas que necesitan
de vicedecanos, asistentes y secretarias” afirma Chomsky; y que además aquí, no
suelen dar clases ni participar en investigaciones y mucho menos opinar sobre
la profesión y su enseñanza.
“Los
créditos de estudio sirven para adoctrinar a los estudiantes [y] para
el sector empresarial, el activismo estudiantil (feminista, ambientalista,
antibélico, etc.) es la prueba de que los jóvenes no están correctamente
adoctrinados”, dice Chomsky, y que uno de los mejores métodos de
adoctrinamiento han sido los préstamos para financia sus carreras. “La deuda
estudiantil es una trampa de la que los jóvenes no podrán salir en mucho tiempo
[y] una carga que les obliga a alejarse de otros asuntos”, no surgieron con ese
propósito, pero desde luego tienen ese efecto”, precisa.
Otra forma de adoctrinamiento es la
ausencia de vínculos profundos entre docentes y estudiantes, cuyas relaciones
son cada vez más frías y superfluas; salones y clases grandes, educación poco
personalizada. “La participación
directa de la comunidad universitaria en la toma de decisiones es legítima y
útil”. Para Chomsky, aunque las
cosas antes eran distintas y en ciertos sentidos mejores, no eran perfectas.
“Las universidades tradicionales eran […] extremadamente jerárquicas, con muy
poca participación democrática en la toma de decisiones”.
“Hace falta enseñar a pensar”. Hacer
lo posible para que los estudiantes adquieran la capacidad de inquirir, crear,
innovar y desafiar, y, junto con sus profesores, se obliguen a “actividades satisfactorias,
disfrutables, desafiantes, apasionantes” concluye Chomsky. “En un seminario
universitario razonable, no esperas que los estudiantes tomen apuntes literales
y repitan todo lo que tú digas; lo que esperas es que te digan si te equivocas,
o que vengan con nuevas ideas, que abran caminos que no habían sido pensados
antes. Eso es lo que es la educación en todos los niveles”.
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