Ir al contenido principal

Hispanoamérica. 07.04.2019

        La gran mayoría somos mestizos de indígenas conquistados, con ayuda de otras tribus, por españoles, principalmente andaluces y extremeños descendientes de visigodos conquistados por árabes y bereberes, o absorbidos por una cultura europea más avanzada, y de negros esclavizados. Entre más negro o blanco menos descendiente de mayas, aztecas o incas, ni de otros indígenas sometidos por esos imperios, o ajenos a ellos, cómo en la Nueva Granada, pues el imperio Inca conquistó hasta más al norte de Ecuador, y algo diferente, incluyendo el clima, sucedió más al sur. Pero fueron las nuevas enfermedades que llegaron la causa de la rápida disminución de los indígenas. (Enrique Serrano, Colombia: Historia de un olvido, 2018).

            Los españoles impusieron el catolicismo, el español y la arquitectura hispanomusulmana, que el clima volvió “colonial”, los tres instrumentos de la conquista como ha señalado Fernando Chueca-Goitia (Invariantes castizos de la Arquitectura Española / Invariantes en la Arquitectura Hispanoamericana, 1979). Los indígenas aportaron palabras como chuspa (bolsa) o cancha (patio) y sistemas constructivos como el bahareque o el embutido (techos de palma o paja y los zócalos de piedra eran conocidos en todas partes) y los negros, ritmos, sancochos y bellas mulatas. Hispanoamérica les debe algo a todos, incluyendo a los cristianos-nuevos, y en Colombia a un clima tropical, sin estaciones, en especial el cálido y medio.

            Lo de Latinoamérica (Carlos Alberto Montaner, Las raíces torcidas de América Latina, 2001) lo impusieron los franceses, para su provecho, después de la independencia, y las nuevas repúblicasamericanas” lo aceptaron para separarse más de España, pero seguimos diciendo español y no castellano como allá. Y después de la II Guerra Mundial los nuevos conquistadores fueron los norteamericanos que impusieron su versión “internacional” de la arquitectura moderna europea, como en otras partes, con sus rascacielos y malls, y el inglés como lengua franca de tantos snobs, y nuevas costumbres, como los bluyines (ya aparece en el DLE), el Halloween y el “in” para estar “open” al marketing” de la moda arribista.

            Por eso, en lugar de culpar imbécilmente a Colón, como algunos norteamericanos, o pedir populistamente al Rey y al Papa que pidan perdón, como ahora hace AMLO, copiándolos, lo que hay que hacer es exigirle a Trump (es un decir, claro) que se ocupe del consumo de coca allá y no que nos obligue a fumigar a sus productores aquí hasta que también la cultiven allá como ya paso con la mariguana.

          Por supuesto seguir el civilizado ejemplo de Uruguay y legalizar las drogas para de verdad poderse ocupar de los drogadictos como un problema de salud pública y no multar ridículamente sólo a unos cuantos en los parques, pues aquello tan colonial de que se acata pero no se cumple aún esta corruptamente vigente.

            Y en lugar de seguir copiando la arquitectura de penúltima moda y la forma gringa de habitar en ella, recuperar nuestras tradiciones urbano arquitectónicas y su disfrute, comenzado por los vergeles andaluces y las hamacas tan del trópico del Nuevo Mundo como el tabaco, y la papa y el tomate de las ricas tortillas españolas y frescos gazpachos y salmorejos, que aquí deberíamos disfrutar pues son tan nuestros como el delicioso ajiaco. Porque lo que más tenemos pero que menos hemos entendido son las muchas posibilidades de nuestras transculturaciones, en lo que constituiría el ser y existir como los hispanoamericanos que somos. Ojalá (Néstor García Canclini, Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, 1990).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ciudad, Alcaldía y Concejo 13.08.2022

  Cali, como tantas ciudades en el mundo, afronta amenazas, entre ellas el cambio climático, la posibilidad de una recesión económica global, pandemias, e inmigraciones no deseadas; además de posibles disturbios internos, sobrepoblación creciente y el precario control sobre su área metropolitana irresponsablemente aún no oficializada. Asuntos todos los anteriores en los que en Cali, sus alcaldes, concejales, ciudadanos e instituciones juegan un papel definitivo, pero que ya a inicios de la tercera década del siglo XXI lamentablemente lo hacen cada uno por su lado ignorando, consciente o inconscientemente, las otras opiniones y propuestas en lugar de buscar que sean compatibles. Respecto a la Alcaldía de Cali, hay que recordar que esta debería ser responsable de actualizar el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, POT, y de llevar a cabo los acuerdos del Concejo Municipal en ese sentido, sin perjuicio de sus propias potestades; y que debe ser consciente de que es la máxima autor

La nueva arquitectura. 27.08.2016

        Lo urgente de lo sostenible deberá lograr que la arquitectura de nuevo sea bella y eficiente como fue la edilicia de siempre en todas partes. Los nuevos profesionales, formados en las universidades deberán buscar que las técnicas apropiadas para una arquitectura sostenible los lleven a nuevas formas coherentes, en lugar de inventárselas caprichosamente como en la arquitectura espectáculo, o falsamente ecológicas como en mucha de la vendida como “verde”. Para principiar, lo construido debe durar mucho y ser fácilmente adaptable a nuevas distribuciones y usos, como también para su mantenimiento, remodelación a fondo, o el reciclaje final de sus materiales si es del caso. Y su construcción, uso y mantenimiento debe consumir el mínimo de agua y energía y generar el mínimo de contaminación, sobrantes, escombros y desperdicios. El ejemplo a seguir es desde luego la arquitectura tradicional, tan bien adaptada a su clima, paisaje y tradiciones, que hay que reinterpretar con

De urbe a utopía 17.09.2022

  Urbes son aquellas ciudades muy populosas, como es el caso de Cali, que ya va para tres millones de habitantes en su área metropolitana aún no oficializada, pero igualmente se las relaciona con las capitales, o con las ciudades más importantes y educadas del mundo, lo que no es el caso de Cali. Sin embargo, el que no sea una urbe no debe implicar para nada el que se descuide tanto su urbanización, se desconozca tanto el urbanismo y la arquitectura, ni que sus habitantes carezcan de urbanidad, todo lo cual lleva a la pertinencia de su utopía como urbe futura para mejorar la ciudad actual retomando lo mejor de su pasado cuando era una pequeña villa colonial al lado de un río. Urbanización es la acción y efecto de urbanizar, y cuyo resultado final es un núcleo residencial supuestamente urbanizado; lo que no es el caso de Cali, en la que varios de sus sectores periféricos son loteos y construcciones ilegales o directamente invasiones espontáneas, o instalaciones industriales o comerciale