El hecho político de actualidad es que, como algunos columnistas
ya lo han anotado, en Colombia cada vez se protesta más; y justamente por eso
hay que votar en la consulta anticorrupción, y no excusarse de hacerlo
argumentando que no resolverá el problema, lo que es cierto. Apenas es un
comienzo, pero ningún problema se soluciona si no se empieza a tratar de hacerlo,
y mientras tanto la corrupción, la trampa y la viveza aumentan y se extienden
abarcando toda la vida de todos: desde los que se roban billones a los que
suben los carros a los andenes, y desde luego muchos son los mismos.
No importa que se crea que sólo sirve para el protagonismo de
Claudia López, como Osuna en El Espectador (08/07/2018) o que ya existen leyes
al respecto, como señala Mauricio Vargas en El Tiempo ((08/07/2018) pero lo que
hay que pensar es en que si muchos colombianos votan afirmativamente será una
buena presión para que se cumplan, se mejoren o se cambien. Sería una gran
protesta ciudadana, la que por supuesto hay que continuar para que se convierta
en una: “declaración Jurídica que se hace para que no se
perjudique, antes bien se asegure, el derecho que alguien tiene”
según la define el DLE.
En las organizaciones, especialmente en las públicas, la
corrupción consistente en
la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de
otra índole, de sus gestores; y por su parte, la trampa legal es
un acto ilícito que se cubre con apariencias de legalidad. Pero pese al
robo continuado al erario, que representan la corrupción y la trampa legal, la
viveza y la trampa a todo nivel es lo peor en las grandes ciudades, y sin duda
el inicio de su corrupción política generalizada en todo el país…contra la que
hay que protestar.
La consulta no es la solución a todo pero sí es la generalización
de una protesta ciudadana que lleve a controlar la corrupción teniendo como
meta erradicarla, a partir de una educación cívica en contra de la viveza de
los ciudadanos. Que esa agudeza y prontitud para aprovecharse de todo por buenos o malos
medios, permanezca solo en la gracia particular que suelen tener los ojos en el
modo de mirar o de moverse. En
conclusión; cambiar el modo de ser de los colombianos: todo un propósito por el
que vale la pena votar sin detenerse en la malicia que pueda haber de parte y
parte.
Que la consulta cuesta mucho dicen, y es verdad, pero muchísimo
más cuesta la corrupción y de la consulta algo quedará en la medida en que
voten muchos ciudadanos y su protesta se haga sentir, y por eso debe continuar. Pues si hay un idiota en el poder es porque
quienes lo eligieron están bien representados, sentencio Mahama Gandhi, y
probablemente por eso muchos votaron en blanco en la segunda vuelta. ¿Será la
[de] formación católica que tuvo Colombia durante 300 años de colonia, la
malicia indígena o la pereza negra, de que habla Gustavo Álvarez Gardeazábal (Diario ADN, 09/05/ 2018); o todas juntas.
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