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Polis, políticos y policía. 14.05.2016


        Ya lo vio Aristóteles en el siglo  IV a. E.C.: las ciudades satisfacen las necesidades (culturales, sociales y económicas) de los ciudadanos pero su finalidad es que vivan bien. Lo que implica seguridad, tranquilidad y esparcimiento, que es lo que deben buscar políticos y policías, que, precisamente, se originan en las polis.

          Polis (del griego pólis) era la ciudad estado de la antigua Grecia, vinculada por el oikos o casa. La unificación entre el núcleo urbano y su entorno rural se había completado ya hacia la segunda mitad del siglo VII a. E.C. y fue el marco esencial donde se desarrolló y expandió la civilización griega hasta la dominación romana.

          Su estructura la forma un artefacto urbano, generalmente instalado al pie de una ciudadela elevada, acrópolis, junto con su región inmediata, chora, compuesta por las tierras propiedad de los ciudadanos particulares, los campos sin cultivar y los bosques.

          Cada una controlaba un territorio autosuficiente, autarkeia, considerando como ideal supremo la independencia y la no sumisión a ningún poder exterior; lo que no impedía la formación de distintos tipos de alianzas. Su tamaño medio no era mayor de 10.000 habitantes, sobre una región de entre 1.000 y 3.000 km².

          Político (del griego politikós) es una persona vinculadas a la administración pública, afiliada a un partido político y que ha sido elegido o nombrado para tareas asociadas a organismos, asociaciones o instituciones públicas. O representantes del pueblo en el mantenimiento, la gestión y administración de los recursos públicos.

          Debe velar por el interés general de los ciudadanos y mantenerse dentro de una ética profesional de servicio al pueblo, y ejerce influencia sobre el modo en como una sociedad es regida, por medio de conocimiento sobre las dinámicas sociales y el ejercicio del poder. Buscando obtener posiciones mediante elecciones o por designación o nombramiento.

          Policía (del griego politeía) es un cuerpo semi militar encargado del mantenimiento preventivo del orden público y de la seguridad de los ciudadanos, a las órdenes del Estado, e informando a las autoridades competentes. Puede ser nacional o policías locales autónomas o generalmente las dos.

          Su principal obligación, mediante el monopolio de la fuerza, es disuadir la consumación de delitos que afecten a personas particulares o instituciones o el orden público, e investigar crímenes y atentados y consiguiente arresto de los sospechosos para llevarlos a la justicia.       
             
             También es responsable de tránsito vehícular, vela por el mantenimiento, conservación y seguridad del espacio público, y dirige la ayuda en desastres y situaciones de búsqueda y rescate, coordinando sus operaciones con los bomberos y emergencias médicas, con un número telefónico único de emergencia.

          Pero ya no hay pequeñas ciudades sino pueblos grandes y enormes megalópolis que suelen estar formadas por conurbaciones, en donde la corrupción, la demagogia, el sectarismo y la incompetencia afectan a la clase política, que busca su propio beneficio, y la policía suele ser corrupta, incompetente y abusiva.

          Así, lo del "gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo" de Abraham Lincoln, solo es posible en ciudades más pequeñas con ciudadanos más iguales social y económicamente, y educados en lo cultural, histórico y cívico. Como en los países nórdicos, los primeros en educación, economía, competitividad, derechos civiles, calidad de vida y desarrollo humano.

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