Ya lo vio Aristóteles en el
siglo IV a. E.C.: las ciudades satisfacen las necesidades (culturales,
sociales y económicas) de los ciudadanos pero su finalidad es que vivan bien.
Lo que implica seguridad, tranquilidad y esparcimiento, que es lo que deben
buscar políticos y policías, que, precisamente, se originan en las polis.
Polis (del griego pólis) era la ciudad estado
de la antigua Grecia, vinculada por el oikos
o casa. La unificación entre el núcleo
urbano y su entorno rural se había completado ya hacia la segunda mitad
del siglo VII a. E.C. y fue el marco esencial donde se desarrolló y expandió la
civilización griega hasta la dominación
romana.
Su estructura la forma
un artefacto urbano, generalmente instalado al pie de una ciudadela elevada, acrópolis,
junto con su región inmediata, chora, compuesta por las tierras propiedad de los
ciudadanos particulares, los campos sin cultivar y los bosques.
Cada una controlaba un
territorio autosuficiente, autarkeia, considerando como ideal supremo la
independencia
y la no sumisión a ningún poder exterior; lo que no impedía la
formación de distintos tipos de alianzas. Su tamaño medio no era mayor de 10.000
habitantes, sobre una región de entre 1.000 y 3.000 km².
Político (del griego politikós) es una persona vinculadas a la administración pública, afiliada
a un partido político y que ha sido elegido o nombrado para tareas
asociadas a organismos, asociaciones o instituciones públicas. O representantes
del pueblo en el mantenimiento, la gestión y administración de los recursos públicos.
Debe velar por el
interés general de los ciudadanos y mantenerse dentro de una ética profesional
de servicio al pueblo, y ejerce influencia sobre el modo en como una sociedad
es regida, por medio de conocimiento sobre las dinámicas sociales y el
ejercicio del poder. Buscando obtener posiciones mediante elecciones
o por designación o nombramiento.
Policía (del griego politeía) es un cuerpo semi militar encargado
del mantenimiento preventivo del
orden público y de la seguridad de los ciudadanos, a las órdenes del Estado, e informando a las autoridades competentes. Puede ser nacional o policías
locales autónomas o generalmente las dos.
Su principal obligación,
mediante el monopolio de la fuerza, es disuadir la consumación de delitos
que afecten a personas particulares o instituciones o el orden público, e
investigar crímenes y atentados y consiguiente arresto de los sospechosos
para llevarlos a la justicia.
También es responsable de tránsito vehícular, vela por el mantenimiento, conservación y seguridad
del espacio público, y dirige la ayuda en desastres y situaciones de búsqueda y
rescate, coordinando sus operaciones con los bomberos
y emergencias médicas, con un número telefónico único de
emergencia.
Pero ya no hay pequeñas
ciudades sino pueblos grandes y enormes megalópolis que suelen estar formadas por conurbaciones, en donde la corrupción, la demagogia,
el sectarismo
y la incompetencia afectan a la clase política, que busca su propio beneficio, y la policía
suele ser corrupta, incompetente y abusiva.
Así, lo del "gobierno del
pueblo, por el
pueblo y para el pueblo" de Abraham Lincoln, solo es posible en ciudades más pequeñas con
ciudadanos más iguales social y económicamente, y educados en lo cultural,
histórico y cívico. Como en los países nórdicos, los primeros en educación, economía, competitividad,
derechos civiles, calidad de vida y desarrollo humano.
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