Ir al contenido principal

Medicina del alma. 03.09.2016

            Sin remedio hay que recordar que al menos cinco grandes peligros acechan al mundo y por ende a las ciudades en las que, hay que repetirlo, ya viven más de la mitad de sus siete mil millones de habitantes. Son, la sobrepoblación (ver <http://www.census.gov/popclock/>), como no, el consumismo, la obsolescencia programada, el cambio climático, y el terrorismo que incluye la inseguridad que se comprueba todos los días en cada una de las páginas de los periódicos, y en la televisión a colores en vivo y en directo.

          Y en países como Colombia, donde ya viven en las ciudades casi tres cuartas partes de sus habitantes, a la inseguridad se suma la atarbaneria en sus calles, la agresividad de los conductores, especialmente los motociclistas, y la idiotez de tantos peatones. Y el irrespeto de esos propietarios e inquilinos que hacen con lo construido en las ciudades (incluso con su patrimonio cultural inmueble) lo que se les da la gana, como en Cali, ante la inaudita falta de control y la corrupción de la administración, a buena hora denunciada por el Alcalde.

          La sobrepoblación afecta a las ciudades no apenas por el volumen del incremento si no por su rapidez, generando, como es el caso extremo de Cali, deficiencia en los servicios públicos, escasez de agua para sus acueductos y problemas eternos de movilidad y de mal comportamiento de sus habitantes en los espacios públicos, incluyendo el vandalismo,  robos y atracos, afectando la calidad de vida de todos.
          El consumismo es, desde que existen, algo propio de las ciudades, ahora víctimas, además, de la publicidad engañosa, presente por doquier, comparadas con el campo. A lo que se suma la obsolescencia programada, incluyendo la de sus barrios, que pasan de moda, y los edificios y casas, que no se renuevan sino que se demuelen para construir de nuevo y así, cada vez en periodos más cortos. Mientras en ciudades como Cali su centro se desocupa su perímetro verde se ocupa.

          Y debería estar claro que el evidente cambio climático, generado por la sobrepoblación, el consumo de combustibles de origen fósil y de productos no renovables, junto con la obsolescencia programada de los mismos, está generando eventos climáticos extremos y llevará a la subida del nivel medio del mar desplazando numerosas poblaciones, lo que presumiblemente producirá muchos costos y conflictos.

          Finalmente, del terrorismo, con acceso a armas y explosivos cada vez más potentes, y que puede conducir a una nueva guerra internacional, hay que decir que es lo más inquietante mas no lo mas importante. Lo es el infierno que pueden ser los demás a toda hora todos los días, no quedando más que refugiarse en la lectura. “Medicina del alma” decía a la entrada de la Biblioteca de Alejandría (Virgilio Ortega, El fascinante juego de las palabras, 2016, p. 159) en lo que seguramente estaba de acuerdo Nicolás Gómez Dávila.

            Ayuda a entender todo lo dicho leer a Carreño: Manual de urbanidad y buenas maneras, 1853 o 1859, el Manual de civismo, 2014, de Camps y Giner,  La cultura de las ciudades, 1938, de Lewis Mumford, La ideología social del automóvil, 1973, de André Gorz, Una herencia incómoda, 2014, de Nicholas Wade, Culturas híbridas, 1990, de Néstor García-Canclini, Iniciación a la filosofía para los no filósofos, 1967-1978, de Louis Althusser, Entre las sombras, 1935, de Johan Huizinga, de Jared Diamond Sociedades comparadas, 2015, y, claro, De animales a dioses 2014, de Yubal Noah Harari. Y novelas, como Sumisión, 2015, de Michel Houellebecq. Como dice Jotamario Arbelaez “hay libros para todo, para todos y para todo momento” (El País 06/09/2016).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Ciudad, Alcaldía y Concejo 13.08.2022

  Cali, como tantas ciudades en el mundo, afronta amenazas, entre ellas el cambio climático, la posibilidad de una recesión económica global, pandemias, e inmigraciones no deseadas; además de posibles disturbios internos, sobrepoblación creciente y el precario control sobre su área metropolitana irresponsablemente aún no oficializada. Asuntos todos los anteriores en los que en Cali, sus alcaldes, concejales, ciudadanos e instituciones juegan un papel definitivo, pero que ya a inicios de la tercera década del siglo XXI lamentablemente lo hacen cada uno por su lado ignorando, consciente o inconscientemente, las otras opiniones y propuestas en lugar de buscar que sean compatibles. Respecto a la Alcaldía de Cali, hay que recordar que esta debería ser responsable de actualizar el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, POT, y de llevar a cabo los acuerdos del Concejo Municipal en ese sentido, sin perjuicio de sus propias potestades; y que debe ser consciente de que es la máxima autor

La nueva arquitectura. 27.08.2016

        Lo urgente de lo sostenible deberá lograr que la arquitectura de nuevo sea bella y eficiente como fue la edilicia de siempre en todas partes. Los nuevos profesionales, formados en las universidades deberán buscar que las técnicas apropiadas para una arquitectura sostenible los lleven a nuevas formas coherentes, en lugar de inventárselas caprichosamente como en la arquitectura espectáculo, o falsamente ecológicas como en mucha de la vendida como “verde”. Para principiar, lo construido debe durar mucho y ser fácilmente adaptable a nuevas distribuciones y usos, como también para su mantenimiento, remodelación a fondo, o el reciclaje final de sus materiales si es del caso. Y su construcción, uso y mantenimiento debe consumir el mínimo de agua y energía y generar el mínimo de contaminación, sobrantes, escombros y desperdicios. El ejemplo a seguir es desde luego la arquitectura tradicional, tan bien adaptada a su clima, paisaje y tradiciones, que hay que reinterpretar con

De urbe a utopía 17.09.2022

  Urbes son aquellas ciudades muy populosas, como es el caso de Cali, que ya va para tres millones de habitantes en su área metropolitana aún no oficializada, pero igualmente se las relaciona con las capitales, o con las ciudades más importantes y educadas del mundo, lo que no es el caso de Cali. Sin embargo, el que no sea una urbe no debe implicar para nada el que se descuide tanto su urbanización, se desconozca tanto el urbanismo y la arquitectura, ni que sus habitantes carezcan de urbanidad, todo lo cual lleva a la pertinencia de su utopía como urbe futura para mejorar la ciudad actual retomando lo mejor de su pasado cuando era una pequeña villa colonial al lado de un río. Urbanización es la acción y efecto de urbanizar, y cuyo resultado final es un núcleo residencial supuestamente urbanizado; lo que no es el caso de Cali, en la que varios de sus sectores periféricos son loteos y construcciones ilegales o directamente invasiones espontáneas, o instalaciones industriales o comerciale