Ir al contenido principal

El proyecto. 04.03.2017


Rasmus Waern y Gert Wingärdh en ¿Qué es la arquitectura? y 100 preguntas más, 2016, desde luego también hablan de los arquitectos, y al respecto recuerdan como con la arquitectura moderna “resultaba sencillo estar de acuerdo con [sus] comodidades aunque no con su estética [y] debido a que cada uno parecía que tenía su propia idea de lo que era belleza, el enfoque más racional consistió en ignorar el tema” (p. 10), y por supuesto el problema es que “la arquitectura extraordinaria exige habilidades extraordinarias (p. 11) y que no toda debe serlo: de hecho la mayoría.

“En la época en la que todo el mundo conocía las reglas […] resultaba más sencillo conseguir que todo el mundo marchara al mismo paso [y] cualquier buen estudiante era capaz de producir una buena arquitectura [y] el hecho de que esta fórmula desapareciera no significa que no pueda volver a imponerse [pues] estuvo presente durante más de mil años” (p. 11) y el punto es que ”reutilizar una solución antigua es una forma de renovar la arquitectura [pero] no existe motivo para inventar algo si no va constituir una mejora ” (p. 15). U otra alternativa, cabe pensar.

“¿Los arquitectos deben pensar en todo?   Si. Eso es exactamente la arquitectura [y] en contraposición con los problemas técnicos, los defectos artísticos rara vez pueden corregirse más tarde” (p. 11). “El arte plantea preguntas; la arquitectura las responde”  (p. 22). Es precisamente lo que diferencia la arquitectura de las otras artes y por eso “los edificios, o al menos su reputación, a menudo sobreviven a sus creadores” (p. 21) y de ahí que “conseguir que se publique el propio trabajo es la única forma que tienen los arquitectos o los edificios de forjarse un nombre” (p. 26).

“Antes que [Imhotep, siglo XXVII a. EC.] hubo también otros arquitectos [basta imaginar] el momento en que las primeras pieles de animales se colocaron en el suelo” (p. 41). “La arquitectura es un selfie colectivo” (p. 50). “La arquitectura contemporánea se halla, por tanto, vinculada de una manera inseparable a los concursos arquitectónicos, del mismo modo que la sociedad contemporánea está relacionada con la competición por sí misma” (p. 53).  Para bien y para mal, habría que anotar, pues infortunadamente siempre dependen de las bases y sobre todo de los jurados.

Al fin de cuentas “lo que importa son el clima, el terreno y la sociedad” (p. 58). “Sin edificios, ninguna civilización, ni siquiera la de especie humana, puede sobrevivir” (p. 71). “Cada época tiene su propia moral: la sostenibilidad es la más importante en la nuestra” (p.75). La arquitectura “tiene poca relación con los cálculos [y sus] parámetros más importantes […] son el hombre y sus sentidos” (p. 89). “¿No pueden los arquitectos hacerlo bien desde el principio? No. Diseñar es aprender” (p. 90), y sin duda “la incerteza puede ser la esencia del proceder creativo” (p. 91).

Y, finalmente, responden al título de su pequeño libro: “¿Que es un arquitecto? Un constructor jefe” (p. 94). El caso, pues, es que la palabra arquitecto viene del latín architectus, y este de Architéktön, del griego clásico arkhé (mando) y téktön (obra), y designa a ese personaje, mezcla de artista y técnico, que proyecta edificios y espacios urbanos para el ser humano atento a su correcta construcción posterior, además de que, como lo señalan Waern y Wingärdh, “deben perfeccionar su diseño de los detalles” (p. 67).

Comentarios

Entradas populares de este blog

El (des) Gobierno Municipal. 21.05.2016

         El desordenado proceso del control del patrimonio construido en la ciudad, y en realidad de todo lo que se construye o destruye en Cali, lamentablemente suena a la vieja canción: songo le dio a borondongo, borondongo le dio a bernabé, bernabé le pego a muchilanga, le hechó a burundanga y le hincha los pies. Es el futuro cantado de San Antonio, el triste pasado del Centro de Cali, el escandaloso caso allí del Hotel Aristi, y el sainete del Colegio de La Sagrada Familia, frente al parque del barrio El Peñón.                                                                                                                                 ...

Planificación regenerativa. 15.06.2024

                Como ya se sabe, cosas, datos, informaciones, conocimientos y sabiduría, están relacionados de diferentes formas, siguen distintas secuencias y en cada caso tienen valores disímiles; las cosas son más que sus datos, estos son sólo parte de la información y esta lo es del conocimiento, el que no es forzosamente sabiduría. En las ciudades los datos sobre su geografía, historia, población, urbanismo y arquitectura permiten una información básica pero no su conocimiento a fondo, el que precisa de vivencias sabias para poder planificarlas responsablemente, y se pueda precisar el urbanismo, la arquitectura, el paisajismo y el diseño a seguir, y que profesionales los deben realizar y en donde.               Son tres temas básicos a considerar para cada uno de esos cinco aspectos mencionados arriba. Geografía: relieve, clima y vegetación, que det...

Paisajismo 5R. 01.06.2024

                 Que sea renovable, resistente, regional, resiliente y recreativo; que sea duradero y reemplazable fácilmente cuando sea lo necesario; que no lo afecten los cambios de las diferentes temporadas del clima; que sea a partir de la vegetación original de cada sitio; que sea fácil de mantener y resistente; que sea  lúdico, divertido, ameno o entretenido según lo indicado para cada sector en cada ciudad, tanto en sus espacios urbanos públicos (calles, avenidas, paseos, parques y zonas verdes) como en sus diversas edificaciones.               Renovable: que sus árboles, arbustos, enredaderas, matas y prados se puedan reemplazar fácilmente cuando sea lo necesario; que todos se analicen como componentes de un todo y no solo sus distintas partes por separado;  económico al ser menor la inversión en plantillas, abonos, agua, energía y...