Ir al contenido principal

Sietesquinas. 30.05.2015


     En la parte más alta de Miraflores, San Fernando y San Cayetano, confluyen siete calles generando sus siete esquinas, más una peatonal o sea que son en realidad ocho, con lo que comienza su semejanza con Cali. Aquí nada se cuenta de verdad, comenzando por sus habitantes que son muchos más de los que señala el censo que no cuenta como caleños a los que viven en Cali pero en zonas que corresponden a otros municipios. Y no es claro si Sietesquinas es producto de la ciudad espontánea en que se convirtió esta hace medio siglo, o de un L'Enfant local con nostalgia de Washington.

    Todas las calles que llegan a Sietesquinas son calzadas angostas con andenes estrechos e irregulares o sin ellos, y la capacidad de sus calzadas es apenas de dos carriles, pero todas son de doble sentido y no hay espacio para siquiera una mínima glorieta y todas tienen demarcado un “pare”, mal ubicado además, y además la gente se estaciona a ambos lados incluso sobre los “pares”, y los taxistas lo hacen en medio del cruce, o simplemente se detiene en el para intercambiar chismes e información pues el sitio se ha convertido en paradero de taxis.

      Como en cualquier cruce de caminos, en Sieteesquinas brotó el comercio, informal desde luego, o que se adueña de las calles, como un supermercado que se ha apropiado de media calle para descargar sus camiones. No hay espacio para estacionar y los vendedores callejeros por supuesto se “ubican” en las calzadas. Como en el Centro, en donde pretenden iluminar sus Monumentos pasando por alto que por la noche no se puede caminar por allí y ni siquiera pasar en carro pues las cierran “por seguridad” mientras que en Sietesquinas, como en tantas partes de Cali, la luz brilla por su ausencia.

      Cruzar por Sietesquinas no deja de ser emociónate, siempre al borde de una estrellada, un frenazo o al menos un “madrazo” pues en Cali no existe la norma norteamericana de que el que llega primero tiene la vía, ni allí sería posible pues varias de las calles llegan de repente después de una pendiente subida, pero tampoco la europea de que la tiene el que llega por la derecha. Allí, como en Cali, la vía la tiene el más atrevido; en los dos sentidos de la palabra: el atarván o el lanzado.

     En consecuencia es imposible mirar los bellos paisajes que Sietesquinas tiene a todos lados. Como pasa en muchas partes de Cali donde los edificios tapan los cerros y la cordillera, o unos a otros las vistas desde el piedemonte al valle del río Cauca. Ni siquiera los pueden admirar los peatones pues varias de las calles no tienen andenes y se ven obligados a circular por las calzadas junto con los carros mirando como esquivarlos o para no caer en los huecos. Como en tantas partes de Cali ante la inexistencia de andenes adecuados.

      Y la arquitectura anodina de Sietesquinas, que ignora normas, clima, relieve,  contexto y paisajes, mas caleña no podría ser. Pero ha convertido ese sitio que debió ser bello en un lugar feo pero animado de verdad no como un “moll”. Un tema de estudio al que habría que llevar a los estudiantes de arquitectura y a muchos funcionarios para que lo conozcan, pues si casualmente han pasado por allí no lo habrán podido ver. Sietesquinas es Cali resumida, incluyendo una amplia zona verde a la que no se puede entrar pese a ser del Municipio; como es el caso de los antiguos ejidos de la ciudad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El (des) Gobierno Municipal. 21.05.2016

         El desordenado proceso del control del patrimonio construido en la ciudad, y en realidad de todo lo que se construye o destruye en Cali, lamentablemente suena a la vieja canción: songo le dio a borondongo, borondongo le dio a bernabé, bernabé le pego a muchilanga, le hechó a burundanga y le hincha los pies. Es el futuro cantado de San Antonio, el triste pasado del Centro de Cali, el escandaloso caso allí del Hotel Aristi, y el sainete del Colegio de La Sagrada Familia, frente al parque del barrio El Peñón.                                                                                                                                 ...

Soñar Políticas para la Polis. 07.12.2013

   El descontrolado incremento demográfico mundial lleva   cada vez más gente a vivir en las ciudades. Y su rapidez aquí, un buen negocio para empresarios, terratenientes y contratistas, significó más delincuencia y   accidentes de tránsito, la demolición del patrimonio cultural (memoria colectiva) y   la construcción de edificios espectáculo (que no espectaculares) e inseguros, y el despilfarro de energía y agua potable. Es el caso de los tres millones de Cali, que nadie quiere contar.                                                                                 ...

La nueva arquitectura. 27.08.2016

        Lo urgente de lo sostenible deberá lograr que la arquitectura de nuevo sea bella y eficiente como fue la edilicia de siempre en todas partes. Los nuevos profesionales, formados en las universidades deberán buscar que las técnicas apropiadas para una arquitectura sostenible los lleven a nuevas formas coherentes, en lugar de inventárselas caprichosamente como en la arquitectura espectáculo, o falsamente ecológicas como en mucha de la vendida como “verde”. Para principiar, lo construido debe durar mucho y ser fácilmente adaptable a nuevas distribuciones y usos, como también para su mantenimiento, remodelación a fondo, o el reciclaje final de sus materiales si es del caso. Y su construcción, uso y mantenimiento debe consumir el mínimo de agua y energía y generar el mínimo de contaminación, sobrantes, escombros y desperdicios. El ejemplo a seguir es desde luego la arquitectura tradicional, tan bien adaptada a su clima, paisaje y tradiciones, que hay qu...