Hay que insistir en unas pocas medidas que son muy económicas y
mejorarían el tránsito en la ciudad, y por supuesto deben ser parte del Plan
Vial y de Transporte. Cuando finalmente este se haga debe ser la otra cara de
la misma ciudad, junto con el Plan de Usos del Suelo, y sus normas
complementarias, constituyendo entre los dos un verdadero Plan de Ordenamiento
Territorial, el que ahora no es ninguna de las tres cosas, ni es a largo plazo
ni, infelizmente, hay quien lo lleve a feliz término.
Para principiar, todas las calles de dos o tres carriles, que son
la gran mayoría en Cali, deberían ser de un solo sentido, o, si es inevitable,
entonces se debe prohibir estrictamente el estacionamiento en ellas, al menos
en las horas pico. Considerando además que se deben regularizar sus calzadas
eliminando esas seudo bahías que tienen con frecuencia, y que algún día (soñar
no cuesta nada) se van a ampliar y arborizar los andenes por toda la ciudad.
Todos los carriles se deben empatar de tramo en tramo y deben
tener el mismo ancho a lo largo de cada recorrido, y el de la derecha ser más
amplio para dejar espacio para motos y bicicletas y paradas cortas. Es del todo
insólito que las Autoridades, y no sólo las del tránsito, no se den cuenda de
lo inútil que es demarcar carriles que no se pueden seguir o por los que no
cabe un carro grande. O que ya están borrados hace años o que nunca se
pintaron.
Todas las vías con separador deben tener sus dos calzadas en
sentido contrario. Lo contrario confunde y llega a ser peligroso tanto para los
peatones como para los vehículos, a los que se le aparecen repentinamente
carros en un sentido que no tienen las otras calles, que son la mayoría. Además
que el paso de una calzada a la otra causa problemas en ambas. ¿Será que las
Autoridades nunca mercan en el Carulla de San Fernando? Y las calzadas únicas
pero con doble sentido deben tener separador así sea de pequeños resaltos;
Todos los pasos peatonales, ya sean simples pasos, cebras o pasos
pompeyanos, deben ser a continuación de los andenes respectivos, pues los
peatones, mas faltaba, no se desvían para pasar por ellos cuando están
localizados a un lado. ¿Estarán tan ciegas las Autoridades que no han visto lo
que sucede en los nuevos pasos pompeyanos de la Calle Quinta, los que se usan
para estacionar vehículos incluyendo motos de la Policía?
Finalmente, todos los “policías acostados” deben cambiarse por
pasos pompeyanos al final de la cuadra en la que estén ubicados, reduciendo
igualmente la velocidad del tránsito vehicular, pero en donde serían útiles
para que los peatones crucen caminando por las esquinas, valga la redundancia,
con mayor facilidad y seguridad, y no corriendo y por cualquier parte como
ahora. Y en donde sean imprescindibles, poner reductores de velocidad y no
incómodos resaltos.
Son
cinco medidas elementales amen de económicas en el mejor sentido de la palabra;
es decir, cuya relación costo beneficio es de lo mejor. Pero por supuesto no
les interesan a los contratistas de obras públicas ni a los políticos que les
retribuyen sus aportes a sus campañas con contratos ¿Ha oído a algún candidato
a la alcaldía o el Concejo hablar de esto? Pero lo inaudito es que parece que a
los ciudadanos de Cali, peatones o automovilistas, tampoco les interesa ¿Será
que no lo son a carta cabal?
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