“Es imposible ir hacia adelante y mirar
hacia atrás; quien vive en el pasado no puede avanzar” dicen que dijo Ludwig
Mies van der Rohe; sin embargo no se puede avanzar desconociendo el pasado.
Sobre todo en las ciudades donde la arquitectura del pasado está presente y en
uso, ya sea el edificio mismo, con todas sus modificaciones, o muchos patrones
y tipos arquitectónicos que sólo han evolucionado. De ahí la importancia de
conservar el patrimonio construido.
Y La arquitectura, en tanto arte, también
es histórica. El gótico no es posible antes del románico, ni el posmodernismo
antes del modernismo. Y más clásico que la arquitectura de Mies ¿qué? No se
puede avanzar sin mirar atrás (por eso los carros tienen espejo retrovisor) y
no se puede progresar técnicamente ni evolucionar estéticamente sino a partir
de lo anterior. Y por lo mismo tampoco se puede innovar, y avanzar implica
hacerlo en el presente desde el pasado pretendiendo el futuro.
Ya lo dijo Lord Palumbo, presidente
del jurado del
Premio Pritzker de 2012, otorgado al arquitecto chino Wang Shu: "El asunto de la relación
adecuada entre presente y pasado es particularmente oportuna, porque el proceso
reciente de urbanización en China invita al debate sobre si la arquitectura
debe anclarse en la tradición o si sólo debe mirar hacia el futuro", y todos los miembros del jurado, concuerdan en que Wang Shu mira hacia atrás para poder avanzar.
Para
Alejandro Aravena su
arquitectura "es intemporal, profundamente arraigada en su contexto y
sin embargo, universal.” Yung Ho Chang destaca que “tiene sus raíces en el contexto local y es
culturalmente sensible”. Para Juhani Pallasmaa “es un ejemplo de la capacidad de la arquitectura contemporánea de
enraizarse en un suelo cultural local e incorporar profundos ecos de una
tradición específica”. Y Zaha Hadid reconoce (aunque lamentablemente no ha influido en su propio trabajo) que “la transformación de los usos de
materiales antiguos y motivos es muy original y estimulante”.
Por su parte, Glenn Murcutt, también jurado del Pritzker de 2012, se
queja con toda la razón de que “la forma por si misma se ha convertido en una
disciplina superficial” y señala que Shu ha “evitado el sensacionalismo y la
novedad.” Es decir, todo lo contrario de lo que insisten en mostrar las
revistas de arquitectura, y que a su vez reproducen las de aquí y los
periódicos como si se tratara de un asunto de modas.
Y tal vez sea esta la principal razón
para mirar hacia atrás, pues la frase de Mies, fuera de su contexto, es decir
del debate sobre la arquitectura a mediados del siglo XX, probablemente
significaba para él otra cosa: la necesidad de superar algo que ya era pasado:
la arquitectura de los pioneros, incluyendo sus primeras obras y su propio
origen, de los que hablaba Nikolaus Pevsner (Pioneros del diseño Moderno, de William Morris a Walter Gropius,
1936).
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