Las estrategias contra el cambio climático son "urgentes e
imperiosas". El continuo daño a la naturaleza es "una pequeña señal
de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad", y la solución
requerirá de un alto grado de sacrificio; una "audaz revolución cultural"
en todo el mundo.
"Hay un consenso científico sólido" en que es un
fenómeno innegable. Si no se toman medidas para frenarlo se reducirá el agua
potable, se dañará la agricultura, se extinguirán algunas plantas y animales. El
aumento del nivel de los mares podría terminar inundando algunas de las
ciudades más populosas del mundo.
El cambio climático se da en parte de manera natural pero los
estudios científicos indican que su "principal" causa somos los
humanos. El "consumismo inmoral" ha llevado a la sociedad a un comportamiento
que permite la degradación continua del medio ambiente. “La tecnología basada
en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón, pero aún el
petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente y
sin demora".
Los países ricos tienen una "deuda ecológica" con los
países pobres. Los países en desarrollo están a merced de las naciones
industrializadas que explotan sus recursos para alimentar su producción y
consumo; una relación "estructuralmente perversa". Hay que rechazar
el argumento de que sólo a través del crecimiento económico se puede resolver
el hambre, la pobreza y se puede recuperar el medio ambiente. Es "un
concepto mágico del mercado".
Se necesitan instituciones internacionales fuertes y regulaciones
a nivel gubernamental para frenar el calentamiento global, pero es esencial que
sean eficientes y organizadas con la potestad de sancionar a quienes incumplan
las normas. "Es esencial lograr un consenso global para enfrentar
problemas más profundos que no pueden ser resueltos por las medidas unilaterales
de países individuales".
Las regulaciones por sí solas no resolverán todo el problema. Es
preciso un cambio de perspectiva ética global para cuidar la naturaleza y hacer
que los pueblos sean prioridad. Presión a los líderes políticos y sacrificio
individual pues "muchos de aquellos que tienen más recursos y poder
económico y político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los
problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos
negativos del cambio climático".
Es necesario formar redes sociales para presionar a los líderes
políticos y para ayudar a los que han quedado desamparados y desempleados
debido al cambio climático. Que todos hagamos pequeños cambios en los hábitos
diarios, incluyendo el "uso de transporte público, compartir viajes en auto,
plantar árboles y apagar luces innecesarias".
Todo lo anterior lo han venido diciendo científicos, intelectuales
y columnistas, y se ha difundido por diversos medios pero no se le ha hecho
mayor caso. Será que ahora, en un planeta mayoritariamente cristiano, le
creerán al Papa Francisco en su encíclica sobre el medio ambiente.
Y por su parte Manuel Rodríguez Becerra, señalando el pasivo
ambiental histórico de las Farc y del Eln, dice que “bien valdría la pena que
en Comisión de la Verdad se incorporara el tema porque los daños han sido muy
grandes, desde hace muchos años y de muy diverso tipo” (El Tiempo, 18/05/2015,
p.13) pero de eso tampoco se habla en La Habana.
Comentarios
Publicar un comentario