La vallecaucana ha sido una
arquitectura de cubiertas inclinadas en teja de barro y patios. Tanto los abiertos
de las haciendas como los interiores de las casas urbanas, incluyendo algunas
modernas, influenciadas a mediados del siglo XX por la arquitectura brasilera,
muy destacada internacionalmente por esa
época, más en otros casos una continuidad deliberada de la tradición.
Se trata de una arquitectura del lugar que continua siendo un
propósito en las búsquedas de algunos arquitectos locales, ahora más pertinente
considerando la necesidad cada vez más urgente de una eficiente climatización
pasiva, y de recuperar la intimidad y recogimiento que se perdió con los
absurdos ventanales “modernos” que se pusieron de moda en Cali a finales del
siglo XX.
Un seminario sobre estos temas, complementario de los anteriores
sobre la arquitectura y sobre la obra de Rogelio Salmona, se desarrollará en el
Museo La Tertulia del 30 de Junio al 12 de Julio del presente año, de 5 pm a 8 pm, con
varias visitas de estudio a algunos ejemplos destacados dentro y fuera de la
ciudad.
Se visitarán casas de hacienda y urbanas y algunas capillas, iglesias y
claustros, coloniales y republicanos, del siglo XVII al XIX, pero también los
hitos moderno historicistas de inicios del
XX, los aciertos del Art Déco, el Neo colonial, el Español californiano
y ciertas construcciones modernas de mediados de dicho siglo, y unas pocas
reinterpretaciones recientes de esta tradición.
Contará con
conferencistas invitados, actualmente profesores en alguno de los tres
programas de arquitectura que hay en la ciudad. Francisco Ramirez de la
Universidad del Valle sobre la arquitectura actual en el mundo, Andrés Erazo de
la Universidad de San Buenaventura sobre la geografía de Cali y Carlos Bernal
de la Javeriana sobre su arquitectura moderna, y
estará dirigido
por quien escribe.
Como bien dice Julio Cesar
Londoño hablando del “AZ - Las palabras de la arquitectura”, un diccionario (El
País, Cali 05/06/2013) esta tiene la ventaja de que está a caballo entre la
ciencia y el arte, lo que permite aspirar al rigor sin desmedro de la poesía. Hablar
del arte con técnica y de la técnica con arte en un debate franco.
El seminario está abierto al público general, pues el asunto de cuál
es la mejor arquitectura para la ciudad debería de ser de la incumbencia de
todos, especialmente de los que pretenden orientarla sin tener mayores
conocimientos al respecto. Y porque con la lengua, la arquitectura es parte básica
de la identidad de los ciudadanos con su ciudad.
Pero mientras en Cali hay varios importantes talleres de
escritura, como el de Londoño en Comfandi, no hay espacios para un debate sobre
una arquitectura para el lugar; para su clima, relieve, paisajes y tradiciones,
entendidas como una respuesta a sus necesidades de habitar y de adaptación al
medio que hace diferente unas edificaciones de otras,
identificándolas con cada lugar.
Mientras tanto, el fracaso ambiental de mucho de lo que se
construye, la demolición del poco patrimonio que queda y la degradación de los
barrios al cambiar arbitrariamente los usos del suelo o la altura de las
construcciones, continúa campante. Y es lamentable la falta de estética de una
arquitectura que la busca en el espectáculo de sus cerramientos y no en lo
pertinente de sus formas en tanto uso y construcción.
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