El experimento que realizó la Secretaría
de Tránsito a la entrada de El Peñón confirmo que esa alternativa no sería
conveniente para el barrio, ya sufriendo por falta de parqueaderos públicos, y
por esa incultura de los caleños con carro que quieren siempre dejarlo justo al
frente de donde van; además de que eliminaría una de las pocas entradas a San
Antonio.
Como
se propuso en el Plan del Centro Global, hace años, para evitar el cruce a la
izquierda de los que bajan por la Cr. 4º para tomar la Avenida Colombia, hay
que moverlo aguas arriba hasta el puente de Santa Rosa, donde el cruce a la
derecha sin parar ya existe, y usando calzadas cuya resistencia ya está
comprobada y sin poner en peligro las redes de servicios ni molestar a nadie.
Aunque
habría que poner un semáforo en el cruce de la Circunvalación con la Cr. 4º,
como propone el arquitecto Cesar Calderón, vecino de El Peñón, la que quedaría
de un solo sentido desde la Cl. 25, y
que el recorrido es más largo, sin duda es más agradable que el “trancón”
detrás del Hotel Intercontinental, que igual afecta a los que suben por la 4ª a
la Circunvalación, y a los que entran desde la Colombia a San Antonio. Y se
podría pasar directamente al otro lado del rio por el puente de El peñón.
Y
hay que unir la Circunvalación con la Salida al mar -es su vocación- poniendo
de doble sentido el pequeño tramo que las separa, resolviendo el cruce a la
izquierda con la Avenida Colombia con una oreja, dejando su prolongación hacia
el Zoológico en el mismo sentido que tiene a lo largo de la margen derecha del
río, el que “naturalmente” debe ser bajando, e invirtiendo el de la Cr.2ª, como
lo ha propuesto José Abt, conocedor del tema.
Aducir
que sería muy costoso poner el semáforo mencionado arriba si después hay que
quitarlo, no es válido ya que el ensayo se podría hacer con guardas que den la
vía en las horas pico por unos días hasta comprobar si funciona o no,
justamente como se hizo en el laboratorio de El Peñón. Y ni siquiera serían
necesarias nuevas señales ni demarcaciones en el suelo.
Y
no sorprende no se pensara en los peatones en dicho laboratorio pese que allí
está el paso peatonal más vergonzoso del mundo: una “cebra” que termina contra
un muro de dos metros de altura, y donde la escalera que se ven obligados a
usar da directamente a la calzada de la 4ª. Además no está a continuidad del andén
de la Cl.3ª, donde debería haber un semáforo para ellos.
No
entienden que la movilidad se refiere no sólo al tránsito de vehículos si no en
primer lugar al de peatones, pues son el principio y fin del sistema de
transporte de cualquier ciudad, y de ahí que su primer componente deban ser los
andenes, los que aquí no ven pese a que brillan por su ausencia.
Por
eso será que pocos se han dado cuenta de la “montaña rusa” en que convirtieron
el de la Avenida Colombia, que ya había sido reconstruido hace poco, desde El
Peñón hasta la entrada al paso subterráneo, y que ni siquiera lo empataron con
el mal llamado Boulevard del Río.
Es
un peligro pues quedó muy alto por un lado y sin baranda contra el río por el
otro, y además esta representa más de medio siglo de historia de Cali. Por eso,
precisamente, aquí insisten en soluciones transitorias para sus problemas
permanentes; como esa de votar por el menos malo como si la alcaldía fuera un
laboratorio.
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